Este artículo se publicó hace 13 años.
Bruselas dice que no hay riesgo en las nucleares de la UE
Organizaciones ecologistas critican las "lagunas" de las pruebas de resistencia
Ninguna de las 143 centrales nucleares europeas presenta riesgos que obliguen a "detener de inmediato" su actividad, pero la seguridad de los reactores puede mejorarse y adecuarse a nuevas reglas comunes. Esta es la conclusión del primer informe europeo sobre la seguridad nuclear, presentado por la Comisión Europea en un intento por reforzar la vigilancia tras el accidente de la central japonesa de Fukushima, en marzo de este año.
El informe es, de momento, muy superficial, ya que no entra al fondo de los datos suministrados por las centrales o los reguladores nacionales. A partir de ahora, el Ejecutivo comunitario y los países de la UE pondrán a prueba los datos presentados y realizarán inspecciones en los reactores para elaborar una radiografía sobre su estado, que se publicará el año que viene.
Un primer análisis de los datos indica que "en ningún Estado miembro es necesario tomar medidas para detener de inmediato alguna de sus centrales". Sin embargo, la Comisión advierte de que normas comunes ayudarían a prevenir accidentes y a gestionarlos en caso de que ocurran de todos modos. "Se han detectado elementos en los que es posible un margen de mejora", para lo que podría ser necesario una legislación única para los 27 estados. Las áreas que más importan a Bruselas son la definición de "criterios comunes sobre el emplazamiento,el diseño, la construcción y la explotación de centrales". Para el departamento de Energía que dirige Günter Oettinger, es necesario "aumentarla independencia de las autoridades reguladoras que concedan licencias y efectúen controles". Además, según la Comisión, la naturaleza de los desastres nucleares debería llevar a la UE a dotarse de "planes transfronterizos de gestión" y el establecimiento de un "planteamiento europeo sobre responsabilidad" para que las empresas gestoras de las centrales paguen por sus errores.
A partir de ahora, los técnicos comunitarios y nacionales estudiarán conjuntamente la reacción de las centrales a terremotos, fallos humanos graves o impactos de aviones. Desde las ONG y partidos verdes, se ha criticado la manera en la que se realizan estos test. "En estas pruebas hay grandes lagunas", señaló en un comunicado Jan Haverkamp, asesor de política nuclear de Greenpeace en la Unión Europea. Además, los Verdes en la Eurocámara criticaron que se haya excluido el supuesto de un ataque terrorista o la combinación de varias de las catástrofes posibles, algo que ocurrió en Fukushima.
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