Este artículo se publicó hace 13 años.
El Camino del software libre
Un 'linuxero' reta a todo el que quiera apostar diez euros a que consigue llegar a Santiago.
Hay quienes hacen el Camino de Santiago por razones religiosas, para otros es un viaje espiritual a su interior y los hay que lo convierten en una apuesta por el software libre. Un ejecutivo sevillano se ha propuesto hacer 500 kilómetros hasta llegar a la catedral compostelana. Si lo consigue, todos los que hayan apostado en su contra tendrán que donar diez euros al proyecto de código abierto que quieran. Si fracasa, él cubrirá todas las apuestas.
"Todo empezó como una apuesta entre amigos", cuenta Carlos Parra, ejecutivo de la empresa Emergya. Él propuso una lista de proyectos de software libre, como la Fundación Apache, los impulsores del navegador Mozilla o el sistema operativo Debian. "Pero la lista es abierta, cualquiera puede proponer una y decidir dónde va su dinero siempre que sea para software o hardware libre", aclara Parra. "Hay muchos proyectos formados por voluntarios que necesitan un poco de dinero para salir adelante", añade. Basta con visitar su página en Facebook y apostar.
Más de 200 personas han apostado ya y Parra espera muchas más
Parra ha elegido hacer el Camino Francés. Con una mochila a la espalda repleta de pegatinas y pins de GNU/Linux, Parra echó a andar desde Burgos. Sin ninguna experiencia en senderismo, se había propuesto hacer algo más de 20 kilómetros al día. "Pero llevo una media de 43 kilómetros diarios y no me lo esperaba", cuenta. Como cualquier otro peregrino se levanta muy temprano para iniciar la caminata lo antes posible. Sabe que si llega tarde se puede quedar sin lugar donde dormir o comer.
"Se me ha ido un poco de las manos. Las apuestas se cerrarán cuando me retire o cuando llegue a Santiago", explica. Más de 200 personas han apostado ya y teme que, con la publicidad, la cosa se desmande. Pero, por una causa como la del software libre, él se compromete a cubrir todas las apuestas. "Estoy ahorrando y tengo la entrada de la casa", bromea.
Su periplo puede seguirse desde su cuenta en Facebook y va tuiteando (@c4rlos) lo que se encuentra por el camino. "El domingo me perdí, yendo a un pueblo que no era, y tuve que darme la vuelta", recuerda mientras afronta una de las etapas más duras, el paso por Foncedabón (León). "Hoy todo es cuesta arriba, está siendo duro", relata. Pero desde Twitter lo animan a seguir. Había pensado llevarse un tablet, pero aunque sólo eran unos centenares de gramos más decidió no echarlo a la mochila. "Me apaño con el móvil y las tres baterías que llevo para ir escribiendo en Twitter y mandando las imágenes", comenta.
Si fracasa pagará todas las apuestas a proyectos de código abierto
Para cuando pasó por el alto leonés, a 1.500 metros sobre el nivel del mar, ya llevaba 250 kilómetros. Aún le queda la mitad del camino y, como en las mejores casas de apuestas, se puede pujar hasta casi las puertas de Santiago. "Es mi apuesta por el software libre", dice.
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