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Chip en la residencia

Ancianos de varios centros llevan etiquetas RFID para su localización e identificación al instante

MIGUEL ÁNGEL CRIADO

Los 95 ancianos de la residencia Mas d’Anglí, en Barcelona, llevan una pulsera gracias a la cual están localizados constantemente. El brazalate contiene una etiqueta de identificación por radiofrecuencia (RFID) que informa a un sistema central de dónde se encuentra cada interno. Los miembros del personal también llevan estos chip en la solapa. El sistema se ha desplegado en otras 10 residencias.

La idea, desarrollada por la empresa española Gema ABS, es trasladar la tecnología RFID que se usa frecuentemente en el control de stock y seguimiento de productos a la gestión de centros geriátricos. Los internos llevan un chip en una pulsera que emite una señal. Varias antenas distribuidas por todo el edificio la recogen y la reenvían hasta un ordenador que hace las veces de centro de control. El programa Gema LOC+ coloca todas las señales sobre un plano del edificio que aparece en la pantalla. De esta manera, se puede localizar a cada interno e identificarlo en tiempo real.

Control de errantes

Las personas mayores presentan distintos grados de dependencia. Los hay que tienen una movilidad reducida pero con sus facultades mentales en perfecto estado. Pero los que más preocupan a los gestores de las residencias de ancianos son los llamados errantes, aquellos que se pueden mover pero tienen algún grado de demencia.

El director general adjunto y director comercial de Gema ABS, Israel Serrano, explica que su sistema permite controlarlos en todo momento. “Si un residente se acerca a una puerta de salida o a una zona restringida, el sistema puede bloquear la puerta”, explica.

También funciona al revés. En Huesca se está construyendo otra residencia sin llaves. Las puertas de las habitaciones se abren al acercarse el interno que la ocupa o el personal. En el caso de Mas d’Anglí, los trabajadores también llevan etiquetas en sus batas. Este control, permite localizarlo en todo momento.

Pero no se trata sólo de localizar. Tan importante como la localización es la identificación. Un anciano que tenga una caída o requiera asistencia urgente puede activar una alarma con sólo presionar el botón de su pulsera. El centro de control identifica al instante quién es y dónde está. También ayuda con las visitas. Los familiares sólo tienen que dar el nombre de su mayor y Gema LOC+ indica su posición.

Las familias y los propios internos conocen y han dado su consentimiento a las pulseras. La tecnología ya se ha desplegado en centros de Catalunya, Andalucía, Valencia y Aragón.

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