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Científicos logran que un paciente mueva un brazo robótico con el pensamiento

Erik G. Sorto es la primera persona con una prótesis neural implantada en una región del cerebro donde se forman las intenciones, dándole la capacidad de realizar un gesto fluido de estrechar la mano o beber una bebida

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Erik G. Sorto (d) posa con los médicos. CALTECH

MADRID.- Paralizado del cuello hacia abajo después de sufrir una herida de bala cuando tenía 21 años, Erik G. Sorto, ahora con 34 años, puede mover un brazo robótico con sólo pensar en ello y usando su imaginación. Gracias a una colaboración clínica entre distintas instituciones de California, en Estados Unidos, se convierte en la primera persona con una prótesis neural implantada en una región del cerebro donde se forman las intenciones, dándole la capacidad de realizar un gesto fluido de estrechar la mano, beber una bebida o, incluso, jugar a 'piedra, papel o tijera' con un brazo robótico.

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Sorto, padre soltero de dos hijos que ha estado paralizado durante más de diez años, estaba encantado con los rápidos resultados: "Me sorprendió lo fácil que era [controlar el brazo robótico] -dice--. Recuerdo tener esta experiencia fuera del cuerpo y quería simplemente correr y chocar los cinco con todos".

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