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El cohete sucesor del ‘shuttle’ se tambalea

El próximo presidente de EEUU podría enterrar el ‘Ares’, plagado de problemas

JAVIER YANES

Cualquiera que observe el diseño del futuro cohete de la NASA Ares I se sorprende de que ese estilizado palo –como se conoce popularmente– sea capaz siquiera de tenerse en pie y despegar en vertical.

Pues bien, parece que quizá no lo es. Al menos, cuando soplan vientos superiores a los 20 km/h. En tal situación, el palo se estrellaría contra la torre de lanzamiento, según supuestas simulaciones de la NASA filtradas a los medios esta semana.

Este aldabonazo es uno más en el rosario de desgracias que zancadillean el programa Constellation, que incluye el Ares I y que reemplazará a los shuttle cinco años después de su retirada en 2010.

El pasado febrero se revelaba un peligroso defecto de diseño que provocaría graves vibraciones “potencialmente mortales” para sus tripulantes. Mientras el equipo técnico busca soluciones basadas en el uso de amortiguadores, se ha revelado el nuevo defecto.

Según explican los ingenieros al diario de Florida Orlando Sentinel, los fallos se deben a la compleja estructura del cohete, con una primera fase de combustible sólido heredada de los shuttle.

Este tipo de combustible, explican, no se consume por completo de una vez, sino que la ignición puede rebrotar con el último residuo de carburante antes de extinguirse. Este eructo, como lo llaman los ingenieros, podría tener consecuencias tan peligrosas como que la primera fase, una vez desprendida, acelerase y colisionara con el cohete.

Por si no fueran suficientes problemas, el pasado verano la cápsula tripulada del Ares, Orion, se estrelló como una piedra en el desierto de Arizona al fracasar la primera prueba de su sistema de paracaídas de descenso.

A los quebraderos de cabeza que el propio Ares ocasiona a sus responsables, se unen otros externos: el retraso en el lanzamiento del shuttle con destino al telescopio Hubble repercute en una demora del primer vuelo de prueba del Ares en 2009.

En este clima, la NASA convocó hoy una rueda de prensa para explicar que “algunas informaciones son inexactas” y que confían en “resolver todos los problemas”, según Doug  Cooke, subdirector de Sistemas de Exploración.

El jefe de Constellation, Jeff Hanley, aseguró que todo sigue “de acuerdo al plan”.

El director del Ares, Steve Cook, negó que el diseño preliminar haya sido calificado con un suspenso, como publica Orlando Sentinel. Dijo que “el viento es un riesgo en todos los lanzamientos”, pero que la cifra de 20 km/h es 'incorrecta' y que las condiciones solo serían peligrosas con viento del suroeste a 60 km/h, lo que ocurre con una frecuencia del 0,3%.

Los responsables de laNASA anunciaron que han reunido a un grupo de expertos que analizará 160 ideas para acelerar en 18 meses la fecha prevista de entrada en servicio en 2015, que deja a EEUU sin naves propias durante cinco años. La fecha de compromiso sería septiembre de 2014.

Sin embargo, Orlando Sentinel cita fuentes próximas a la NASA y al Gobierno que aseguran que el Ares está ya 'en la picadora' y que el próximo presidente de EEUU podría cancelarlo en favor de otras soluciones menos problemáticas, como la adaptación de cohetes militares Atlas o Delta, de probada eficacia.

Si cae el Ares, es posible que con él lo haga el padre de la criatura, el actual director de la NASA, Michael Griffin, que diseñó el cohete cuando aún dirigía un departamento en la universidad.

 

Las críticas constantes que recibe la NASA desde los medios, sobre todo en EEUU, llegan a ridiculizar a esta agencia en comparación con un supuesto trabajo más eficiente de los organismos espaciales de otras potencias. Pero si estos ataques pueden producirse, es gracias al flujo de información continuo desde la agencia, tanto la oficial como la que procede de filtraciones.

La diferencia es la mayor opacidad que otros países aplican a sus actividades de desarrollo tecnológico y exploración; sobre todo, China. Un ejemplo queda reflejado en un largo artículo publicado en ‘Space Daily’ sobre las perspectivas del programa espacial de este país. Tras una prolija elaboración de rumores y predicciones de analistas, el texto concluye: “La mayoría de estas teorías quedarán refutadas en su momento. Pero realmente no sabemos qué es lo que se está barajando. Deberíamos esperar sorpresas”.

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