Este artículo se publicó hace 15 años.
El coste mental de trabajar más de 40 horas
Un estudio revela que las jornadas laborales prolongadas deterioran la capacidad cognitiva y elevan el riesgo de demencia
Trabajar muchas horas deteriora las facultades cognitivas y eleva el riesgo de demencia, según concluye un estudio realizado por un equipo internacional de científicos y publicado en la revista American Journal of Epidemiology.Tras comparar los efectos de jornadas de trabajo de hasta 40 horas, de 41 a 55 horas y de más de 55 horas, los investigadores comprobaron que a medida que se incrementaban las horas trabajadas, los resultados de una serie de pruebas para medir las principales variables cognitivas eran también peores.
Los investigadores compararon los resultados obtenidos por 2.214 funcionarios británicos de mediana edad con distintas jornadas laborales en distintos exámenes diseñados para medir la memoria, el razonamiento, la riqueza de vocabulario o la fluidez verbal. En todos los casos, y al margen de factores como el sexo, la edad o el sueldo, los que trabajaban más de 55 horas presentaban mayores márgenes de error y una peor capacidad cognitiva, lo que a su vez está relacionado con mayor riesgo de patologías neurodegenerativas.
Por otro lado, los autores señalan que quienes pasan en el puesto de trabajo más de 55 horas a la semana son, por lo general, varones con un puesto de mayor nivel que los que tienen jornadas de 35-40 horas. También presentan una mayor cualificación académica, así como mayores niveles de estrés, menos horas de sueño y mayor consumo de alcohol.
Las jornadas de trabajo prolongadas ya se habían vinculado anteriormente con un riesgo más elevado de padecer problemas cardiovasculares, diabetes y depresión. Asimismo, estudios anteriores habían detectado una relación entre el trabajo intensivo y la aparición, en la vejez, de enfermedades neurodegenerativas. Sin embargo, los autores señalan que hasta ahora se ha estudiado poco en qué medida incluyen las horas de trabajo en las facultades cognitivas en la mediana edad, y destacan su importancia a la hora de determinar el riesgo de demencia.
"Como el deterioro de la función cognitiva precede a la aparición de demencia e incluso de la muerte, es importante identificar de los factores de riesgo de este debilitamiento cognitivo en la mediana edad", indican los investigadores.
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