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Criptografía española contra los ciberdelincuentes

El primer proyecto de red de encriptación cuántica se implantará en España en menos de dos años

JUAN MANUEL DAGANZO

Los teléfonos móviles de última generación se parecen cada vez más a un ordenador en miniatura, lo que significa que están amenazados por los mismos peligros, como virus, spam o ataques de ciberdelincuentes. Para evitarlo, el reto para las compañías de software es mantener la seguridad de los terminales y las aplicaciones pero, sobre todo, las redes por las que circula la información, tanto inalámbricas como por cable. El futuro está en la encriptación o criptografía cuántica, una tecnología que se remonta a los años ochenta y cuya segunda generación ya está aquí.

La tecnología quantum key exchange (intercambio de claves cuánticas) se basa en un complejo protocolo mediante el cual el emisor y el receptor intercambian información en qubits (de quantum bits o bits cuánticos) codificados en fotones, lo que permite acordar entre las partes una clave con seguridad garantizada y virtualmente invulnerable.

En palabras de Christian Monyk, uno de los responsables del proyecto europeo SECOQC (Desarrollo de una Red Global para la Comunicación Segura Basada en la Criptografía Cuántica), 'la información que se transporta puede leerse sólo una vez y ningún fisgón puede descifrar las claves sin ser descubierto'. La tecnología permite refrescar infinidad de veces por segundo las claves con las que se transmite la información.

Esta teoría puede parecer ciencia ficción, pero podría estar en marcha en 2010 si se cumplen las previsiones de Vicente Martín, profesor de la Facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid y director del Grupo de Investigación en Información y Computación Cuántica. Martín y su equipo han desarrollado una red metropolitana basada en criptografía cuántica, la primera de las tres que existen en el mundo que puede desplegarse sobre las redes ya existentes, por lo que 'el desarrollo y aplicación de la tecnología es más barata con el mismo nivel de seguridad', dice Martín.

El proyecto cuenta con un presupuesto de 31 millones de euros y está apoyado por un consorcio de 12 empresas y 15 organismos públicos de investigación. De momento, 'se prevé que los primeros usuarios sean organismos interesados en contar con alta seguridad, como el Ejército, el Gobierno, los bancos o empresas que necesiten seguridad extra', predice Martín. Telefónica, que lidera el consorcio de empresas investigadoras, ya está implantando una nueva red a base de fibra óptica pasiva que permitirá introducir en su interior corrientes de qubits que convivirían con los fotones de las telecomunicaciones convencionales, sin provocar interferencias.

La española es una de las escasas investigaciones que se están realizando sobre criptografía cuántica. En Japón tienen un sistema en pruebas, y en Boston (Estados Unidos) existe un desarrollo similar cuya titularidad es del DARPA, el organismo cuyos avances en los años sesenta dieron origen a Internet.

Por ahora, sin embargo, la única posibilidad de que los ciberdelincuentes no intervengan un smartphone son los antivirus específicos. Según Gabriel Agatiello, de la compañía de seguridad Trend Micro, 'los teléfonos cada vez almacenan más información sensible y, por eso, ya existen tecnologías de cifrado del dispositivo móvil'. En todo caso, hay voces discordantes: según un informe de la compañía alemana de seguridad informática G-Data, las alertas sobre virus en móviles son desproporcionadas.

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