Este artículo se publicó hace 13 años.
La crisis apaga el telescopio para escuchar a ET
El único experimento exclusivo para captar señales extraterrestres detiene su búsqueda
Desde el pasado viernes, el teléfono de la Tierra para hablar con los extraterrestres está apagado. El Allen Telescope Array (ATA), un telescopio con 42 platos receptores de ondas de radio, entró en reposo el 22 de abril porque no hay dinero para mantenerlo en funcionamiento, según ha anunciado el Instituto SETI (siglas en inglés de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) de EEUU, que construyó el aparato y que lleva buscando señales del espacio desde 1984.
"Desde esta semana el ATA está en hibernación debido a la falta de fondos", lamentaba Tom Pierson, máximo responsable del SETI, en una carta fechada el pasado viernes y dirigida a todos aquellos que hacen donaciones privadas para mantener la organización a flote.
En 2001, una aportación privada de unos 12 millones de euros por parte del cofundador de Microsoft Paul Allen permitió al SETI construir el ATA dentro de un complejo gestionado por la Universidad de California en su campus de Berkeley. En 2007, el ingenio empezó a operar, siendo el único radiotelescopio dedicado en exclusiva a la búsqueda de mensajes de radio con un posible origen en civilizaciones extraterrestres.
El objetivo final del SETI era aumentar el número de platos receptores hasta cubrir un área de 10.000 metros cuadrados, lo que le permitiría mirar a un mayor número de estrellas en busca de mensajes. Pero la crisis no perdona. Según la carta de Pierson, la culpa es de la falta de presupuesto en la Universidad de California, que se nutría de ayudas del Gobierno federal y el de California para operar el radiotelescopio y el resto del Observatorio Hat Creek en el que se ubica. Algunos de esos fondos se han reducido a una décima parte, lo que obliga a apagar el aparato hasta que haya dinero.
En un giro desesperado para lograr apoyos, Pierson señala que el ATA tenía planeado escrutar los 1.235 nuevos exoplanetas detectados por el telescopio espacial Kepler de la NASA en busca de señales. En total necesitan cinco millones de dólares (unos cuatro millones de euros) para hacerlo, dice Pierson.
"Es la primera vez que pasa algo así", explica Alberto González-Fairén, investigador del centro Ames de la NASA y del Centro Carl Sagan del SETI. "Creo que el problema del ATA viene sobre todo por el pésimo estado presupuestario de California y su repercusion en la financiacion de las universidades del Estado, incluyendo Berkeley", lamenta.
"El Gobierno de EEUU no quiere financiar el proyecto porque SETI lleva en marcha casi 30 años y no ha encontrado nada", explica Mercedes López-Morales, astrofísica del CSIC que ha trabajado 12 años en Washington. Aunque el SETI usa otros telescopios, el ATA era el único exclusivo. "Si antes podían observar, por ejemplo, mil estrellas, ahora sólo podrán mirar diez; o sea, que perderán un factor de cien", señala López-Morales.
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