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David Bowie, un artista de ciencia-ficción

El icónico músico británico también está ligado a la ciencia-ficción: muchas de sus canciones, sus actuaciones cinematográficas y algunos de los personajes que caracterizaba rompieron con los límites de este género y llevaron la fantasía a un nuevo nivel.

David Bowie en 'Labyrinth'. /Tristar Pictures

MARTA SOFÍA RUÍZ (SINC)

Ha muerto uno de los intérpretes más importantes de las últimas décadas. David Bowie (1947-2016) será recordado por su música, sus alter ego y la profunda intelectualidad de su obra. El icónico músico británico también está profundamente ligado a la ciencia-ficción: muchas de sus canciones, sus actuaciones cinematográficas y algunos de los personajes que caracterizaba rompieron con los límites de este género y llevaron la fantasía a un nuevo nivel.

En 2013, David Bowie entraba a formar el parte del Salón de la Fama de la Ciencia Ficción y la Fantasía. Su nombre se unía así al de figuras como J.R.R. Tolkien, Georges Méliès, Mary Shelley, o G.H. Wells. Encarnado como Ziggy Stardust o en canciones sobre viajes espaciales, Bowie soñaba con un mundo más allá de nuestra realidad y rompía con los límites de la ciencia-ficción, trasladándola a los escenarios de sus conciertos de rock.

En 1969, la BBC utilizó su canción Space Oddity para la cobertura del lanzamiento y alunizaje del Apolo 11. Sería su primer gran éxito comercial. La historia del astronauta Major Tom hablaba sobre la sensación de flotar en el espacio desconectado de toda comunicación con la Tierra y ya indicaba el interés del artista por la situación del hombre dentro del cosmos.

Pero esa no fue su primera aproximación al género. Canciones anteriores y coetáneas a este hit también exploran temas de fantasía y mundos distópicos. We are hungry Men (1967) habla sobre un científico que ha encontrado una solución a la superpoblación, y Cygnet Committee (1969) cuenta la historia de una revolución cultural que termina con ‘máquinas del amor’ matando civiles en las calles.

La llegada de Ziggy

Con su quinto álbum, The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972), Bowie se sumergió de lleno en la ciencia-ficción y narró la historia de Ziggy, un extraterrestre que revelaba a los habitantes de la Tierra que solo quedaban cinco años para que el planeta desapareciera. A continuación se convertía en un ‘mesías del rock’ para intentar salvarlo de la destrucción, aunque el alienígena caía fruto de su propio éxito.

Ziggy Stardust sería el primer alter ego de Bowie. Su caracterización sobre el escenario, una mezcla de ciencia-ficción y teatro japonés kabuki, se unía a una total inmersión en el personaje, que abandonaría en el año 1973.

Su siguiente álbum, Aladdin Sane (1973) tendría menos contenido de ciencia-ficción que el anterior. Destaca el tema Drive-In Saturday, situado en un futuro distópico en el que la población, menguante, es alentada a ver antiguas películas porno en un intento de enseñarles técnicas de reproducción.

Diamond Dogs (1974) también estaba fuertemente anclado en el género de la ciencia-ficción y presentaba un mundo posapocalíptico lleno de referencias a 1984 de Orwell. Con este álbum abandonó el género en sus letras durante el resto de la década, pero las referencias no desaparecieron nunca de la música y de los videoclips del artista.

Sus papeles en el cine

Sin embargo, su relación con la ciencia-ficción no se limita a su música. Bowie participó en varias películas llenas de fantasía y creo personajes icónicos que ya forman parte de la historia del cine.

En The Man Who Fell to Earth (1976) (El hombre que vino de las estrellas, en español) David Bowie, en su primer papel protagonista, encarnó a un alienígena que llega a la Tierra en busca de agua para su planeta nativo, que padece graves sequías. Bajo el nombre de Newton, emplea su conocimiento de tecnología avanzada para patentar inventos y hacerse rico. Sin embargo, no cuenta con la avaricia, la mezquindad y las tentaciones del planeta terrestre.

El músico creó una interpretación oscura y compleja psicológicamente, y el público, que aún lo identificaba con Ziggy, lo reconoció fácilmente como un extraterrestre.

The hunger (1983) (El ansia, en español) volvió a sumergir a Bowie en el mundo de la fantasía. En esta cinta, mal acogida en su momento, pero objeto de culto en la subcultura gótica, Bowie es el marido de una vampira sedienta de sangre que colecciona amantes.

En Labyrinth (1986) (Dentro del laberinto, en español), Bowie aparece en el papel de Jareth, el Rey de los Goblins, que secuestra al hermano de Sarah (Jennifer Connelly) y la pone a prueba con juegos mentales, acertijos difíciles y trampas a lo largo de un laberinto al final de cual podrá recuperar al bebé.

Con guiños a Alicia en el País de las Maravillas y El Mago de Oz, y también a otras referencias menos conocidas como Donde Viven los Monstruos y Al otro lado, la película cuenta con varias interpretaciones musicales de Bowie, que compuso cinco canciones para la banda sonora.

Fallecido a los 69 años, tras varios meses luchando contra el cáncer, no solo la música, sino la ciencia-ficción y la fantasía, tendrán un sitio en su historia para este genio que bajó de las estrellas.

En un temprano homenaje a Bowie, el astronauta Chris Hadfield interpretó desde la Estación Espacial Internacional el tema Space Oddity y lo grabó en un vídeo que ya ha pasado a la historia.

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