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"Que embarquen primero las ventanillas"

Un astrofísico diseña un programa informático que ordena a los pasajeros y les permite tomar asiento más rápido. El método actual es tan lento por la mala distribución de los pasajeros

ANDREA GUIU

Un día cualquiera, a principios del 2008, un tal Jason Steffen formaba parte de una larguísima cola en el aeropuerto de Seattle. Estaba frente a la puerta de embarque del avión destino a Washington D. C. cuando comenzó a cavilar, como muchos otros hacen cada día, sobre los motivos por los que los pasajeros tardaban tanto en subir al avión.

Cualquier otra persona hubiera pasado de la indignación inicial a la resignación. Cualquier persona excepto Jason Steffen, astrofísico del Fermilab en EEUU, uno de los centros de investigación de física de partículas más importantes del mundo. Cuando Steffen llegó a Washington, lugar al que iba para dar una conferencia, continuó pensando en la larga espera sufrida y concluyó que los motivos por los que costaba tanto embarcar se debían a la mala distribución de los pasajeros cuando tomaban sus asientos.

La estrategia aleatoria del ‘low cost’ es más eficiente

Decidió entonces estudiar el caso y realizó una serie de simulaciones informáticas para determinar cuál era la mejor manera de entrar en un avión para sentarse, entendiendo como mejor aquella que implicara menos tiempo. 'Creé un programa informático propio para simular distintas opciones', cuenta Steffen. Pocos meses después, publicó sus resultados en el Journal of Air Transport Management, una revista dedicada a la seguridad y la gestión de la industria del transporte aéreo.

La opción más eficiente consiste en que los primeros en tomar asiento sean los de las ventanillas, con un orden de atrás hacia adelante, empezando por la última fila, alternando, una fila sí, una no y solamente uno de los laterales del avión. Una vez sentados, se hace exactamente lo mismo en la otra ala, de atrás hacia adelante; el último asiento, el antepenúltimo y así sucesivamente. Seguidamente, se rellenan los asientos de ventana que estén vacíos, respetando igualmente el orden de primero un lateral y después el otro y de atrás hacia adelante. 'Con este método no es posible que los viajeros tropiecen y se interrumpan, porque todos disponen del mismo espacio físico', explica el investigador. La estrategia se llamó el método Steffen.

Con el nuevo sistema, los viajeros no se interrumpen al ocupar su sitio 

Los asiduos a los aviones saben que cada compañía aérea tiene estrategias distintas para tomar asiento. Las compañías low cost suelen preferir el embarque aleatorio por el que los usuarios entran indistintamente del asiento que ocupen, según se hayan colocado en la fila de embarque. Otras compañías han optado por llenar de atrás hacia adelante, con dos versiones distintas: la primera de ellas es la ordenada, ya que se sientan siguiendo el orden de ventanilla, medio y pasillo; el otro es el de entrar en bloques y es el que utilizan la mayoría de compañías aéreas hoy en día. El último de todos (y el menos usado) se conoce como método Wilma y se trata de sentar primero a los de las ventanillas, después a los del medio y por último a los del pasillo, sin tener en cuenta si los asientos son traseros o delanteros.

El homónimo método del astrofísico ha pasado, por fin, del papel a la realidad. Un productor de televisión americano llamado Jon Hotchkiss decidió, previo contacto con Steffen, poner a prueba los cinco métodos utilizados para embarcar en uno de sus programas de televisión. Un total de 72 voluntarios con sus respectivos equipajes aceptaron subirse a un Boeing 757 de cartón piedra, cortesía de Hollywood, y sentarse según dicta cada uno de los métodos. En todos los casos, los miembros de una familia que tuviera niños pequeños tenían preferencia para embarcar para que se pudieran sentar juntos.

Un programa de televisión probó todos los métodos y el actual es el peor

El método en bloques, uno de los más utilizados hoy en día, es el más ineficiente según se comprobó en la prueba. Los voluntarios tardaron casi siete minutos en conseguir sentarse, dos minutos más que los que lo hacían aleatoriamente, una estrategia que, a priori, puede parecer mucho más caótica. Los primeros puestos los ocupan el método Steffen con 3 minutos y 36 segundos y el método Wilma con 4 minutos y 13 segundos.

A pesar del enredo que podría representar embarcar siguiendo el método Steffen, su creador cree que es aplicable. 'En la compañía Southwest se embarca en el orden en el que se realiza el check-in y les va bien. Si se asignan los asientos siguiendo el orden de mi método, no hay razón por la que no pueda funcionar', asegura.

Hoy por hoy, el astrofísico sigue trabajando en la búsqueda de planetas alrededor de otras estrellas utilizando el telescopio Kepler. No es nuevo en la investigación y por eso sabe que las ideas no se pueden patentar, pero posee el programa informático que asigna los asientos en el orden adecuado que podría licenciar. 'No espero hacerme rico con esto, pero tampoco me opondría si sucediera', concluye.

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