Los dos exjefes de Ascó I se niegan a declarar por la fuga radiactiva de 2007

El exdirector de la central nuclear de Ascó I, Rafael Gasca, y el exjefe de vigilancia radiológica de la misma central, Francesc González Tardiu, se negaron a declarar ayer ante la jueza de Gandesa (Tarragona) que investiga la fuga de partículas radiactivas que sufrió la central la noche del 26 de noviembre de 2007, aunque el escape no fue notificado hasta el 8 de abril de 2008. Ambos están imputados por delitos contra el medio ambiente, la seguridad de los trabajadores y falsedad documental, con penas que van desde los seis hasta los 16 años de cárcel.

Los imputados se negaron a responder a la jueza y al fiscal. Ambos argumentan que esperarán a que el juzgado disponga de las pruebas periciales solicitadas a tres expertos independientes y también quieren esperar a ver documentación que han reclamado para aclarar las circunstancias de la fuga. También declinaron hacer declaraciones a los medios de comunicación a su llegada al juzgado único de Gandesa en medio de una notable expectación mediática.

Rafael Gasca y Francesc González Tardiu, ya destituidos de sus antiguos puestos pero aún con cargos de responsabilidad, se acogieron a su derecho a estar informados de la acusación y, por tanto, a poder revisar la instrucción cuando esté más avanzada.

También se suspendieron las comparecencias de un tercer mando de Ascó I, Jordi S.R., jefe de la explotación, y Antonio G.R., inspector residente del Consejo de Seguridad Nuclear, previstas para este viernes 25. Al inspector se le imputan los delitos de "exposición a radiaciones ionizantes por imprudencia" y "ecológico genérico".

Montse Godall, portavoz de la Asociación Nuclear Ascó-Vandellòs (ANAV), que gestiona la planta nuclear propiedad de Endesa, reiteró "el absoluto respeto" por la Justicia. Godall afirmó que los exjefes "no se han negado a declarar, sino que han pedido aplazar su testimonio", pero una nota del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya desmentía esas palabras y confirmaba que los imputados "se han acogido a su derecho a no declarar".

Sara Pizzinato, de Greenpeace, criticó la "actitud de secretismo" de la central. "Parece que quieran ocultar algo", dijo. Greenpeace denunció la fuga de Ascó I incluso antes de que el CSN la hiciera pública.

Más de tres años después del escape de Ascó I sigue sin saberse cuántas partículas y de qué naturaleza se escaparon al exterior. No obstante, las pruebas radiológicas practicadas a las más de 800 personas que visitaron la central durante los cinco meses de ocultación dieron resultado negativo.