Este artículo se publicó hace 14 años.
Cuando el fan se convierte en promotor
Los titulares de derechos ven oportunidades publicitarias en los vídeos que cuelgan los usuarios
Pablo Oliveira y Silva
El vídeo de El gitanillo Peláez en el cole fue visto más de un millón de veces en YouTube, y ese fue el detonante para que el dúo cómico Gomaespuma decidiera abrir su propio canal en la plataforma de Google. Juan Luis Cano y Guillermo Fesser buscaban un lugar en donde reunir el material de sus programas de radio y televisión, y encontraron YouTube. "Hemos cedido nuestro archivo a la Fundación Gomaespuma y queremos que genere beneficios para una causa solidaria", argumenta Cano.
No son los únicos creadores que aprovechan Internet para rentabilizar sus producciones, sin importar que hayan sido ellos o cualquier usuario los que hayan subido a la Red los trabajos. Sólo en España se consumen cerca de 12.000 horas de vídeos al mes en YouTube, según datos de Google. Entre ese material se encuentran cientos de vídeos cuya propiedad intelectual no pertenece al usuario que los hace públicos. "Hasta ahora, la única posibilidad era localizarlos y eliminarlos", explicó a Público esta semana en Madrid el jefe de producto de YouTube en Google Europa, Matthew Wiseman.
Los integrantes de Monty Python lo explicaban, a su manera, cuando inauguraron su canal en YouTube: "Nos habéis estado robando contenido todo este tiempo, pero ahora queremos algo a cambio". Ese "algo" viene en forma de publicidad en los vídeos que el grupo ofrece en su canal, pero también en los clips que los usuarios han subido a la Red. Es lo que permite el sistema Content ID, una aplicación de Google que posibilita a los propietarios de los contenidos buscar vídeos de su propiedad y añadir publicidad en ellos. "Aunque también pueden bloquearlos o hacer un seguimiento, la mayoría de productores prefieren rentabilizarlos", señala Wiseman.
Además de Monty Python o Gomaespuma, en España, La Sexta o Antena 3 ya han comenzado a utilizar Content ID como herramienta para conseguir beneficios de sus vídeos, independientemente de que hayan sido subidos por ellos. "Internet es la plataforma ideal para el consumo inmediato de producciones audiovisuales", señala Cano. "Y no excluye el canal tradicional".
En Content ID se agregan y almacenan los vídeos que los titulares quieren gestionar. El sistema lanza una búsqueda y localiza los que son coincidentes con la base de datos, descubriendo las coincidencias aunque el usuario que lo haya subido haya añadido subtítulos, elementos gráficos, o modificado el formato o el sonido. Según Google, miles de compañías han comenzado a utilizar esta herramienta. Parece que sí quieren aprovechar las posibilidades de la Red a la hora de compartir contenidos en lugar de impedir su libre distribución. "A mí me da igual en dónde me vean, lo que quiero es que la gente vea mis vídeos. No soy un romántico", concluye Cano.
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