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Francia esconde en Siberia desechos radiactivos

'Libération' revela que EDF envía a Rusia los residuos de sus centrales nucleares

ANDRÉS PÉREZ

La eficacia del sector electronuclear francés y sus pretensiones de limpieza se llevaron un rudo golpe ayer: Según el diario Libération y un documental de la cadena Arte TV, la compañía eléctrica gala EDF lleva varios años escondiendo en Siberia cientos de toneladas de desechos radiactivos de sus centrales nucleares, que ni ella ni su socia, Areva, saben reciclar.

Las revelaciones de los investigadores Laure Noualhat y Eric Guéret provocaron de inmediato una fuerte polémica en Francia, el país que produce, gracias al átomo, en torno al 80% de la electricidad inyectada en su red o exportada.

Los 58 reactores nucleares de potencia en funcionamiento en Francia producen cada año cientos de toneladas de desechos, entre los cuales figuran unas 810 toneladas de uranio empobrecido, salido de las barras de combusible de fisión. 690 toneladas son almacenadas cerca del gran complejo de Tricastin, en el Ródano, pero 120 toneladas parten cada año rumbo a Rusia.

Tras un periplo de unos 8.000 kilómetros por mar y por tierra, el uranio es simple y llanamente depositado en la ciudad rusa de Severks, parte del complejo nuclear militar y civil de Tomsk-7, a las fronteras de Kazajastán. Según pudieron verificar los investigadores franceses, el uranio empobrecido es colocado en unos contenedores, a cielo abierto.

Agarrándose al vocabulario clásico, EDF recurrió ayer a una distinción teórica entre “desechos valorizables” de las centrales y “residuos finales”. “Sólo el uranio reciclable, salido del tratamiento de los combustibles de las centrales de EDF, es transportado a Rusia, para que sea re-enriquecido allí”, dijo la firma. No obstante, tanto EDF como Areva reconocieron que no saben “reciclar” esa supuesta materia “valorizable”. 

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