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Fumar, ser mayor de 35 años y el sobrepeso, factores de riesgo para tomar la píldora anticonceptiva

Los anticonceptivos hormonales son un factor de riesgo cardiovascular. Es una contingencia de baja magnitud en el caso de mujeres jóvenes y sanas, que se multiplica con la edad o los hábitos de vida poco saludables.

Una mano de mujer sosteniendo un panel de pastillas anticonceptivas (archivo)
Una mujer sostiene un panel de pastillas anticonceptivas, en una imagen de archivo. Freepik

"Cualquier tratamiento hormonal contraceptivo -no solo la píldora, también los parches o el anillo vagina- aumenta el riesgo cardiovascular", explica a Público el doctor Manuel Anguita Sánchez, jefe de Cardiología clínica del Hospital Universitario de Reina Sofía de Córdoba.

En mujeres jóvenes y sanas, esto se traduce en "entre dos y cuatro más probabilidades de sufrir trombosis venosas, sobre todo en piernas y pelvis, que son peligrosas porque pueden desembocar en tromboembolismo pulmonar", asegura el también portavoz de la Sociedad Española de Cardología (SEC) y presidente hasta 2019.

Aunque parece una cifra elevada, sin embargo, el riesgo de considera de magnitud baja en el contexto de incidencia total: "Si hablamos de mujeres no fumadoras, no obesas y sin antecedentes cardiovasculares, sería el equivalente a 1 o 2 casos por cada 10.000", recalca Anguita.

Menos frecuente pero mucho más grave es otro efecto secundario de estos medicamentos: los trombos arteriales que pueden darse en arterias coronarias –y producir infarto– o en el cerebro –ictus–. "Aquí las probabilidades son de 4 o 5 casos por cada 100.000 mujeres", señala.

Casos en que no es recomendable

Como recalca el doctor Anguita, "en números absolutos, los riesgos son bajos en mujeres sin factores de riesgo cardiovascular añadido". La cosa cambia cuando este método anticonceptivo es utilizado por ciertos subgrupos de población.

Anguita: "Cuanto más peso se tenga, mayor es el riesgo"

Uno de ellos es el de las mayores de 35 años: "la edad incrementa las probabilidades de padecer efectos secundarios tanto en cuanto a trombosis venosas como problemas arteriales", señala el cardiólogo.

Otro es el tabaco, tanto que "en la ficha técnica de los anticonceptivos hormonales está directamente contraindicada su administración a fumadoras mayores de 35 años".

Por otra parte, la obesidad y el sobrepeso multiplican entre 12 y 24 veces el peligro de trombosis venosas, tal y como recoge un estudio reciente publicado en la revista científica ESC Hearth Failure.

"Cuanto más peso se tenga, mayor es el riesgo", advierte el doctor Anguita. Es un detalle que, según el citado estudio, liderado por el profesor Giuseppe Rosano, cardiólogo en el Hospital Universitario St George de Londres, desconocen muchas las mujeres con sobrepeso que toman la píldora.

"A pesar de la evidencia innegable de que la combinación entre obesidad y estos medicamentos se relaciona con mayor incidencia de accidentes cardiovasculares, un número significativo de mujeres obesas aún reciben prescripciones de productos que contienen estrógenos como método contraceptivo", alerta el profesor Rosano.

Cóctel de factores y tiempo de uso

La hipertensión y el colesterol alto son, también, elementos a tener en cuenta antes de decantarse por este método de control de la natalidad. "Los estrógenos esteroideos, como el estradiol, retienen sodio, con lo que se puede elevar la tensión arterial", indica Anguita.

El tiempo de uso de la píldora es directamente proporcional al riesgo de efectos indeseados

Más situaciones que hacen que la píldora esté contraindicada son "haber padecido un accidente cardiaco y tener antecedentes familiares de trombosis repetidas", nos dice Anguita. "A veces, pueden darse problemas genéticos de la coagulación que hacen que las personas sean más proclives a desarrollar trombos", explica.

Cuantas más de estas condiciones se reúnan, mayores son las papeletas para que los contraceptivos hormonales causen problemas cardiovasculares. Además, hay que tener en cuenta el tiempo de uso, directamente proporcional al riesgo de efectos indeseados, recuerda Anguita.

Formulaciones libres de estrógenos, ¿la solución?

En la actualidad, para evitar efectos adversos, los fabricantes tienden a disminuir la dosis de estrógenos en la composición de la píldora. "Los estrógenos, igual que los corticoides, suben la producción de ciertos factores de coagulación y bajan la de la proteína antitrombina, que sirve para disolver un trombo o impedir que se forme", comenta el cardiólogo.

Aún no se ha encontrado un medicamento que no tenga efectos secundarios

Así, sustituir los estrógenos en los ingredientes de la píldora por gestágenos disminuye el riesgo de trombos y de alta presión arterial. Pero como todo tiene su cara y su cruz, esta solución "ofrece menor eficacia anticonceptiva, más problemas de sangrado y un aumento del colesterol malo (LDL) en detrimento del bueno (HDL)", afirma.

Otros posibles efectos de la píldora anticonceptiva tienen que ver con el cáncer. Mientras varios estudios demuestran que aporta una leve bajada en la incidencia de cáncer de endometrio y ovario, la mala noticia es que aumenta el riesgo de cáncer de cuello de úteroque está entre los siete tumores más comunes.

El riesgo, en este caso, sube un 10% en mujeres que llevan menos de 5 años tomando la píldora, un 60% tras 5-9 años de uso y un 120% cuando se toma durante más de 10 años.

Y es que, en la palabras de este experto, "la ciencia aún no ha encontrado ningún medicamento que no tenga riesgo de efectos secundarios. Se trata de ponerlos en la balanza junto con sus posibles beneficios".

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