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Los gases tóxicos triplican el valor normal en La Restinga

Las autoridades descartan el realojo de la población tras detectar olor a azufre

JUANJO MARTÍN

Los niveles de gases como el dióxido de azufre, el sulfuro de hidrógeno y el dióxido de carbono triplican los valores normales a un kilómetro de la mancha volcánica de El Hierro, según han confirmado los científicos que investigan la erupción a bordo del buque oceanográfico Ignacio Lozano. Los investigadores también han comprobado que el nivel de acidez del agua del mar (pH) es de 6,4, 'un valor catastrófico para la fauna marina', aseguran.

Pese a todo, este martes por la tarde la dirección del Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico reanudó el 'acceso controlado' de los habitantes del pueblo evacuado de La Restinga para recoger sus pertenencias, en grupos de cinco y en visitas de 30 minutos acompañados por agentes de la Guardia Civil.

Los científicos han hallado peces con los ojos fuera de sus órbitas

El director general de Seguridad y Emergencia del Gobierno de Canarias, Juan Manuel Santana, señaló que se ha descartado el realojo de los habitantes de La Restinga tras constatar que las corrientes marinas han acercado la mancha a la costa y se ha detectado un incremento del olor a azufre. 'Algunos vecinos se han quejado de picores en la garganta', según fuentes del Cabildo de El Hierro.

El buque Ignacio Lozano parte cada día a las seis de la mañana del puerto de La Estaca rumbo a la mancha volcánica con siete científicos a bordo. Por delante, 12 horas de trabajo tomando datos para averiguar de manera indirecta qué está pasando bajo las aguas de El Hierro.

La alta acidez del agua es 'catastrófica' para la fauna marina

Dácil Nolasco, investigadora del Instituto Volcanológico de Canarias, explica que durante la navegación se han encontrado con muchos peces muertos a la deriva. 'Vimos gran cantidad de peces muertos flotando en la zona, eran especies de profundidad. Sólo con un primer vistazo vimos que habían muerto por descompresión. Tenían los ojos fuera de sus órbitas, literalmente'. Esto se pudo deber a la rápida huida de los animales a la superficie durante las primeras explosiones de la semana pasada.

Los animales fueron etiquetados y enviados a la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, donde averiguarán si han acumulado en su organismo sustancias tóxicas. Los primeros peces muertos recogidos tras la erupción, además de los ojos exorbitados, presentan 'eversión gástrica, una especie de shock debido a un cambio de presión brusco que hizo que la pared del estómago taponase la boca', explica María José Caballero, la experta en patología animal de la Universidad de Las Palmas que ha analizado los animales muertos, informa Nuño Domínguez.

Caballero hizo la necropsia a 17 peces muertos recogidos el 11 de octubre, un día después de que se detectase la erupción. Entre las especies afectadas había ejemplares que viven en profundidades de más de 900 metros y otras que lo hacen a unos 30 metros, detalla.

Durante la campaña, los científicos embarcados en el Ignacio Lozano han tenido la oportunidad de recoger muestras sólidas de los supuestos piroclastos que han aparecido flotando en la zona, que 'tienen una cubierta negra y el interior blanco', según Nolasco. Los fragmentos están siendo analizados en la isla y también se han enviado muestras a la Universidad de Tokio para un análisis más exhaustivo.

El presidente del Cabildo, Alpidio Armas, anunció este martes la creación de un comité con técnicos de la institución para valorar 'los daños sociales y económicos' causados por la crisis volcánica.

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