Este artículo se publicó hace 17 años.
Un genio al que sorprendían sus propias teorías
En algunas ocasiones, Einstein dudaba de si lo que le decían sus cálculos era cierto.
Antes de Albert Einstein, plantear que el tiempo no era algo absoluto o que la gravedad es fruto de una curvatura en un tejido hipotético llamado espacio-tiempo podía parecer una locura. De hecho, muchas décadas después, su forma de comprender el Universo es inextricable para casi todos.
No es extraño, al propio Einstein algunas de sus teorías le parecían descabelladas. La existencia de monstruos galácticos como los agujeros negros, con una gravedad tan potente que ni siquiera dejaba escapar la luz, era posible según sus cálculos, pero él aún dudaba de que pudiesen existir en la realidad.
En lo que respecta a si el Universo era estático o no, aunque sus teorías apuntaban a que la segunda opción era cierta, la falta de evidencia entonces de que el cosmos se expandiese (lo descubrió Hubble en 1929) le empujó a introducir en sus cálculos una variante cosmológica, que le permitió tener el Universo estático (e incorrecto) que deseaba.
Conocer el otro 70% del Universo
La Energía Oscura no se conocía hasta 1998, cuando dos grupos de astrónomos, por separado, la descubrieron al tiempo. Esta forma hipotética de energía permearía todo el espacio y sería responsable de que el Universo se expanda cada vez más rápido.
Los científicos creen que el 70% del cosmos está compuesto por esta energía oscura de la que, por cierto, se sabe muy poco. Conocerla proporcionará mucha información sobre el destino del Universo y permitirá comprobar si son ciertas teorías como la del ‘Big Rip’, que postula que la aceleración progresiva de la expansión universal acabaría por destruir todas las estructuras que se mantienen unidas por la gravedad, empezando por las galaxias o el sistema solar y acabando por los mismos átomos.
Hace un mes, el Consejo Nacional de Investigación de EEUU dio su aprobación para que se avance en el desarrollo de una serie de sondas para estudiar la Energía Oscura. Los satélites del Joint Dark Energy Mission, del programa Beyond Einstein de la NASA, permitirán saber si la velocidad de expansión del Universo ha cambiado con el tiempo, estudiando supernovas Ia, un tipo de estrellas empleado para medir la distancia a galaxias lejanas.
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