Cargando...

Un hombre tetrapléjico logra sentir cada dedo de una mano robótica

La historia de Nathan Copeland

Publicidad

Un tetrapléjico siente los dedos que se tocan en una mano robótica.

Imagina que sufres un accidente y pierdes la sensibilidad en tus brazos y dedos. Ahora piensa que la vuelves a recuperar, una década después, a través de un brazo robótico conectado directamente a tu cerebro.

Publicidad

La estimulación de microelectrodos implantados en la corteza somatosensorial genera sensaciones como si fueran las de la propia mano

Click to enlarge
A fallback.

"El resultado más importante de este estudio es que la microestimulación de la corteza sensorial puede provocar una sensación natural en lugar de un hormigueo", explica Andrew B. Schwartz, coautor del trabajo, quien destaca: "Además, esta estimulación es segura, y las sensaciones evocadas son estables durante meses, aunque todavía hay que seguir investigando para que los pacientes consigan hacer mejores movimientos".

El nuevo avance es la continuación de otros anteriores conseguidos por el mismo equipo. Hace cuatro años, ayudaron a Jan Scheuermann, una mujer tetrapléjica por una enfermedad degenerativa, a recoger objetos como una tableta de chocolate, mediante un brazo robótico controlado mentalmente. Antes, Tim Hemmes, paralizado en un accidente de moto, también llegó a tocar la mano de su novia con la misma técnica.

Publicidad

La historia de Nathan Copeland

Los investigadores encontraron al voluntario para el experimento en Pensilvania. Una noche lluviosa del invierno de 2004, Nathan sufrió un accidente de tráfico, en el que se rompió el cuello y se lesionó la médula espinal. Tenía 18 años y acaba de empezar la universidad, pero no pudo continuar. Una cuadriplejia inhabilitó su cuerpo desde la parte superior del pecho hacia abajo. Desde entonces fue incapaz de sentir o mover la parte inferior de sus brazos y sus piernas, y necesitó asistencia en todas sus actividades diarias.

"Puedo sentir casi todos los dedos; es una sensación extraña", dice Nathan Copeland un mes después de someterse a una cirugía cerebral

Publicidad

Casi una década más tarde, los científicos de Pittsburgh le propusieron participar en su estudio. Tras pasar diversas pruebas, Nathan fue operado la primavera pasada. En el cerebro se le implantaron cuatro diminutos microelectrodos, con un tamaño aproximado de la mitad de un botón de camisa. Antes de la cirugía, se emplearon técnicas de imagen para identificar las regiones exactas de la corteza relacionadas con el sentido de la palma y cada uno de los dedos de la mano.

Publicidad