Este artículo se publicó hace 15 años.
El icono de la fauna de África se queda sin jirafas
Los herbívoros del Masai Mara, en Kenia, desaparecen por la presión humana
Los documentales de sobremesa se quedan sin protagonistas. La fauna del Parque Nacional Masai Mara, plató de rodaje de buena parte de los reportajes televisivos de naturaleza e icono de la vida salvaje africana, agoniza. El 95% de sus jirafas y el 80% de sus facóqueros han desaparecido en sólo 15 años, entre 1989 y 2003, según un estudio del Instituto Internacional de Investigación en Ganadería (ILRI) de Nairobi (Kenia).
Y lo mismo ocurre con los antílopes. El 76% de los alcelafos y el 67% de los impalas también se han esfumado. Una especie de plaga está azotando al Masai Mara, en el suroeste de Kenia, y los autores del trabajo creen saber cuál es: el ser humano. "Nuestro estudio evidencia que estas pérdidas de vida salvaje están vinculadas con el constante incremento del número de asentamientos humanos en las tierras adyacentes al parque", explica el autor principal del estudio, Joseph Ogutu.
Caos político
Sus resultados, publicados hoy en el British Journal of Zoology, cuadran con el perfil demográfico de Kenia hecho público recientemente por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Desde 1960, el número de habitantes del país se ha quintuplicado, hasta alcanzar los 38 millones. Como consecuencia, la tierra disponible por persona ha caído radicalmente: de 7,2 hectáreas en 1960 hasta 1,7 en 2005.
Esta presión demográfica, sumada a otros factores, como las sequías, ha obligado a los masái antaño pastores nómadas, pero cada vez más ganaderos sedentarios a invadir de manera ilegal la reserva para dar pasto a sus reses. Y, a juicio de los investigadores, esta competencia con el ganado está acabando con muchos herbívoros salvajes. La caza furtiva hace el resto.
El director general del ILRI, el uruguayo Carlos Seré, cree que la solución al desastre del Masai Mara pasa por cambiar la gestión del territorio en todo el país, para evitar que la densidad de población en la periferia de la reserva se dispare. "Es muy fácil decirlo, pero casi imposible hacerlo", admite. Tras los sangrientos incidentes posteriores a las elecciones de 2007, los dos partidos enfrentados crearon una coalición para gobernar Kenia. Y nombraron a más de 40 ministros para dejar a todos satisfechos. "Hay un ministro de Agricultura, otro de Agua, otro de Ganadería, otro de Bosques. Las responsabilidades están tan atomizadas que es imposible que tomen decisiones", se lamenta Seré.
Sólo en entradas, la reserva recaudó en 2007 más de 6,3 millones de euros. "Están matando su gallina de los huevos de oro", advierte.
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