Este artículo se publicó hace 16 años.
Informática ciudadana: Cuando la unión sí hace la fuerza
La participación altruista de miles de ordenadores personales en proyectos de computación distribuida los ha convertido en sistemas más poderosos que los supercomputadores más avanzados del mundo de las grandes empresas y gobie
El supercomputador más poderoso de la Tierra no se encuentra en manos del ejército de EEUU, como muchos creen, sino que está repartido por centenares de miles de hogares de todo el mundo.
Es cierto que el Laboratorio Nacional Los Alamos , que los militares estadounidenses tienen en el estado de Nuevo México, esconde a Roadrunner, un auténtico Gulliver de la Informática. Pero no lo es menos que, como en el cuento de Jonathan Swift, la unión de los liliputienses ordenadores personales consiguió hace tiempo el récord que este supercomputador obtuvo hace unos días.
El pasado 9 de junio, los medios se hacían eco de un hito histórico: Roadrunner acababa de superar la barrera del petaflops (un millón de gigaflops). Por primera vez, un superordenador era capaz de hacer, de forma sostenida, más de mil billones de operaciones de coma flotante por segundo (pflops). Para hacerse una idea de lo que esta cifra significa: si los 6.000 millones de habitantes del planeta usaran una calculadora durante las 24 horas del día y los siete días de la semana, tardarían 46 años en hacer los cálculos que Roadrunner haceen un sólo día.
Creación de las Universidades
Sin embargo, dos proyectos diferentes de lo que se conoce como informática distribuida o ciudadana tienen mayor capacidad de cálculo que Roadrunner. El sistema informático más poderoso del planeta es una obra de la universidad de Stanford. Allí nació, en 2000, la idea de aprovechar los tiempos muertos de los modestos ordenadores personales conectados a Internet para investigar sobre las proteínas y las millonarias formas que tienen de plegarse. Con una base de voluntarios que se han instalado el programa superior a 200.000, el Folding@Home consiguió en septiembre del año pasado superar la barrera del petaflops. Hoy, su capacidad de cálculo supera los 2 petaflops, el doble que el supercomputador Roadrunner y sus 100 millones de dólares que costó.
Pero quizás sea el proyecto SETI@home (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre, en inglés) el más popular. Lanzado por la universidad de Berkeley (EEUU), cuenta con la participación de unos 800.000 ordenadores para buscar a ET. Este plan, creado en 1999, escanea el espacio buscando señales de radio. El encargado de esta parte de la misión es el enorme telescopio ubicado entre los bosques de Arecibo, en Puerto Rico. El papel de los voluntarios es recibir porciones de los datos y rastrear si existe alguna señal emitida por extraterrestres.
A diferencia de Folding@home, el SETI@home usa un programa informático de código abierto diseñado en Berkeley. Conocido como BOINC , se ha convertido en una plataforma abierta a cualquier proyecto que necesite de los ordenadores de los usuarios. Sobre él trabajan ya decenas de investigaciones, desde predicciones climáticas hasta operaciones bursátiles. El viernes, se presentó la iniciativa española Ibercivis , basada también en BOINC.
Una historia del altruismo informáticoNúmeros primos
El primer uso de los ordenadores personales en favor de la ciencia fue el de GIMPS , iniciado en 1996. Este proyecto de la Universidad de Missouri (EEUU) ha descubierto 44 números primos.
Buscando a ET
El telescopio de Arecibo recoge desde 1999 datos del espacio que, troceados en porciones, envía a los PC de los usuarios para buscar señales de vida extraterrestre. El SETI@home, que llegó a tener cinco millones de voluntarios, aún no encontró a ET.
Proteínas
El proyecto Folding@home nació en 2000. Pero es en 2007 cuando se convierte en el sistema informático con mayor capacidad de cálculo. La incorporación de las consolas PS3 al sistema, cuyos procesadores gráficos rinden más que los de un ordenador personal, fueron la clave del éxito.
Negocio fallido
En 2001, en plena fiebre de la informática distribuida, hubo varias empresas que intentaron hacer negocio con los ordenadores de los demás. Hoy, firmas como Popular Power, Entropia o United Devices son historia.
Nuevas misiones
Aunque la fe en la informática ciudadana ha bajado, los científicos siguen confiando en ella para avanzar en sus investigaciones. El cambio climático, operaciones bursátiles, aceleración de partículas y, en general, trabajos que requieren mucho cálculo y no son rentables a corto plazo para las empresas, están recurriendo a los PC domésticos.
España
La simulación de medicinas contra el cáncer, la fusión estelar y el trabajo con nuevos materiales son los tres primeros proyectos de Ibercivis, una plataforma de informática ciudadana española que se apoya en el programa BOINC, el mismo que SETI@home.
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