Este artículo se publicó hace 15 años.
Un antiviral frena la hepatitis C en los monos
El tratamiento mejora las lesiones en el hígado y reduce la carga viral
Un nuevo tratamiento ha conseguido frenar la expansión de la hepatitis C en chimpancés, el único animal, además del hombre, que es vulnerable al virus. El compuesto redujo la concentración de virus más de la mitad y mejoró las lesiones que este causa en el hígado, según los datos de un estudio que publica hoy Science. El fármaco ya se está probando en humanos, aunque aún quedan años hasta su posible llegada al mercado, explicó a Público Henrik Ørum, uno de los autores del estudio.
La hepatitis C afecta a 170 millones de personas en todo el mundo, unas 900.000 en España. Muchas de ellas no lo saben, pues la enfermedad tarda años en manifestarse y normalmente se hace patente cuando ya ha causado lesiones más serias. Los tratamientos actuales sólo funcionan en la mitad de los casos y causan efectos adversos serios, señalan los autores del estudio.
El nuevo tratamiento se llama SPC3649 y lo ha desarrollado la farmacéutica danesa Santaris Pharma, que también ha costeado el estudio. El compuesto desactiva un pequeño fragmento de ARN que se produce en el hígado y que es esencial para que el virus de la hepatitis C se extienda por el cuerpo y cause daño. El nuevo fármaco es otro fragmento de ARN modificado diseñado para bloquear este proceso y reducir la carga viral.
Los investigadores inyectaron el fármaco a cuatro chimpancés y los estudiaron durante siete meses. Dos de ellos tomaron una dosis alta y otros dos, baja. El fármaco redujo 2,3 veces la concentración del virus en los animales que tomaron las dosis altas. También mejoraron las lesiones causadas por el virus, que además no desarrolló resistencia al compuesto, como sucede en otros casos.
La hepatitis C se contagia por contacto directo de la sangre de una persona sana con la de un enfermo.
Su desarrollo es lento y pueden pasar años hasta manifestarse.
Desencadena otras dolencias serias en el hígado, como la cirrosis.
La enfermedad afecta a unos 170 millones de personas en todo el mundo, unas 900.000 en España.
Al rededor de un tercio de las personas infectadas con el VIH también tiene hepatitis C.
La enfermedad avanza más rápido en los seropositivos y es la causa de gran parte de la mortalidad entre estos pacientes.Los tratamientos actuales, interferón y ribavirina, sólo funcionan en el 50% de los casos.
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