Este artículo se publicó hace 14 años.
Arranca la carrera por el Big Bang
Unos 10.000 científicos de más de 60 países analizan los datos generados por el LHC
Tras los brindis del martes, físicos de todo el mundo se han puesto a trabajar. Los datos del pequeño Big Bang generado en el acelerador de partículas más potente del mundo, el LHC de Ginebra, ya circulan por cables de fibra óptica que van hasta Alemania, Taiwan, Reino Unido o España. Aquí, las primeras imágenes con las colisiones más potentes que ha generado la humanidad ya han llegado al Punto de Información Científica de Barcelona (PIC), uno de los mastodontes informáticos que almacenan y distribuyen los datos.
Tras las colisiones de partículas, los técnicos del LHC pasarán varios días calibrando el ingenio para aumentar así el número de impactos en los próximos días.
Las imágenes de las primeras colisiones ya han llegado a Barcelona
"El LHC escupe un gigabyte por segundo y aquí recibimos una parte de ese flujo", explica Xavier Espinar, uno de los responsables de gestionar la avalancha informática en el PIC. Desde 10 ordenadores como este, la información llegará en varios pasos a las pantallas de investigadores en Colombia, Uzbekistán, México y otros 60 países que analizan la ingente producción del acelerador. Este Internet de la física de partículas se llama Worldwide LHC Computing Grid, una red de 170 centros en 34 países.
Todo comienza a 100 metros bajo tierra, en el anillo de 27 kilómetros de largo donde el martes se produjo una energía casi equivalente a la del Big Bang. Los primeros en ver los impactos son tres sensores informáticos. Reaccionan en menos de una milmillonésima de segundo y seleccionan las colisiones más interesantes. De los 900 millones por segundo de colisiones que puede generar el LHC, se quedarán con los 100 mejores. No existe la red capaz de almacenarlo todo. En esas 100 instantáneas pueden hallarse partículas nunca vistas hasta ahora, como el neutralino, que compondría la materia oscura del Universo, o el bosón de Higgs, que otorgaría peso al resto de partículas que forman las entrañas del átomo.
Cada uno de los cuatro enormes detectores del LHC hace su criba y busca las partículas desconocidas. "Todos queremos llegar primero, pero es una competencia amigable y necesaria", explica la física española Teresa Rodrigo tras haber pasado el martes 15 horas en su puesto del detector CMS. Junto a Atlas, un gigante de 25 metros de alto, el CMS, es el gran candidato a encontrar el higgs, llamada la partícula Dios por su importancia para dar sentido a las teorías físicas actuales.
«Los españoles han afilado las armas», dice un investigador
Los tiers
Las fotos de las colisiones seleccionadas se almacenan en el computador del CERN, la organización de 20 países europeos que financian el LHC. Es el llamado Tier 0. Desde aquí viajan a 10 megaordenadores que componen el Tier-1, entre ellos el PIC. "Aquí procesamos parte de los datos de los detectores CMS, Atlas y LHCb y se los enviamos al Tier 2", explica Espinar. Se trata del Ciemat, el Instituto de Física de Cantabria, el Instituto de Física Corpuscular de Valencia, la Universidad de Barcelona, la Autónoma de Barcelona y la de Madrid, y la Universidad de Santiago. Cada sitio recibe los datos que le interesan y los ponen a disposición de los casi 10.000 investigadores de 63 países acreditados.
"Un investigador de India interesado en colisiones con un muón [una de las partículas más difíciles de generar] puede consultar el sistema y este le dice que lo tenemos nosotros", explica Celso Martínez, investigador del IFCA que forma parte del equipo del CMS. El proceso lleva sólo días. Los hallazgos tardarán más. "Las primeras pruebas de supersimetría y enegía oscura podrían estar listas a finales de año", comenta Martínez. "Los investigadores españoles han afilado las armas y están preparados para encontrarlas primero", concluye.
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