Este artículo se publicó hace 17 años.
La autopsia sin fin de los dinosaurios
Nuevas pruebas apoyan que los volcanes contribuyeron a la extinción cretácica.
A la ciencia le sientan mal los dogmas. Son obstáculos que dificultan el progreso que nace de desafiar las teorías más extendidas. Una de las que hoy pocos se atreven a retar afirma que la extinción de los dinosaurios fue provocada por un meteorito que impactó en Chicxulub, en la península mexicana de Yucatán.
La llamada extinción K/T -en la frontera entre el Cretácico y el Terciario-, hace 65 millones de años, es para muchos un asunto resuelto desde que en 1980 el físico estadounidense de origen cubano Luis Álvarez planteó la hipótesis del cataclismo cósmico, refrendada con el descubrimiento del cráter mexicano 10 años más tarde.
El trabajo de Álvarez y sus continuadores condenó a la marginalidad a otras hipótesis competidoras. Pero las hay: nada menos que unas 45 teorías tratan de explicar la aniquilación de los grandes reptiles, incluyendo propuestas tan exóticas como la ceguera por radiaciones y hasta el suicidio.
Una de las teorías más serias tiene como escenario la meseta volcánica de Decán, en India, donde un inmenso manto de basalto atestigua el apocalíptico episodio de vulcanismo que tuvo lugar allí entre 63 y 67 millones de años atrás.
Debido a un afloramiento desde el manto terrestre, una falla de cientos de kilómetros vomitó una extensión de lava que pudo alcanzar el millón y medio de kilómetros cuadrados (tres veces la extensión de España). Con la roca fundida, volaron a la atmósfera millones de toneladas de emanaciones tóxicas que comprometieron la estabilidad del clima.
Cuestión de fechas
Además de la plausibilidad de cada teoría, las opciones de cada una para llevarse el gato al agua dependen de una cuestión de fechas: dado que la datación de la frontera K/T está bien determinada por los depósitos de iridio en el registro estratigráfico, cualquier hipótesis aspirante debe demostrar su vigencia en aquel periodo.
Los trabajos anteriores sólo habían conseguido reducir la ventana cronológica del vulcanismo de Decán a una franja entre 300.000 y 500.000 años del evento de extinción.
En la reunión anual de la Sociedad Geológica de América, celebrada recientemente en Denver (EEUU), la paleontóloga de la Universidad de Princeton Gerta Keller ha presentado nuevos datos que sitúan la fase más violenta de Decán, responsable del 80% de los vertidos de lava, justo antes de la gran extinción.
Keller y sus colaboradores han analizado los fósiles de unos microorganismos llamados foraminíferos en la roca de aquel periodo. Justo en la franja explosiva de Decán estas especies sufrieron un drástico retroceso evolutivo que para Keller es la firma de la extinción. Según la paleontóloga, "es la primera vez que podemos ligar directamente ambos fenómenos".
El fin del mesozoico
Especulaciones y teorías para todos los gustos
Por factores internos
Dentro de este grupo hay hipótesis sobre envejecimiento, gigantismo, exceso de especialización, escasa inteligencia, superpoblación, suicidio colectivo por psicosis o hambruna por agotamiento de presas y vegetación.
Por baja reproducción
Se han propuesto: esterilidad masculina, desequilibrio de sexos, engrosamiento o adelgazamiento de los huevos, e intoxicación de los embriones por selenio.
Por factores externos
Pueden ser climáticos (glaciación, efecto invernadero o ceguera por radiación), biológicos (cambios en la vegetación, exceso de orugas, depredación o parasitismo), geológicos (excesiva gravedad, inversión magnética, inundación, desecación, vulcanismo, deriva del eje terrestre) o astronómicos (explosión de una supernova o impacto de meteorito o cometa)
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