Este artículo se publicó hace 17 años.
El polvo recogido por Darwin tiene esporas vivas
Después de casi 200 años, las muestras recogidas por el científico inglés durante sus viajes aún contienen vida
La clásica cita bíblica “polvo eres y en polvo te convertirás” podría dejar de ser una admonición de la mortalidad para convertirse en anuncio de todo lo contrario. Al menos en lo que se refiere a las muestras de polvo recogidas por el científico inglés Charles Darwin durante sus viajes. Después de casi 200 años, estas partículas aún contienen vida.
El hallazgo, publicado en Environmental Microbiology, es obra de un equipo de científicos de las universidades de Oldenburg y Berlín (Alemania) y de Ginebra (Suiza). Los investigadores William Broughton, Jocelyne Favet y sus colaboradores han examinado motas de polvo eólico –transportado por el viento– que Darwin recogió en 1838 durante su travesía por el Atlántico y que envió después al especialista Christian Gottfried Ehrenberg en la capital alemana.
El análisis de las partículas ha podido establecer su procedencia: el Sáhara occidental. Adheridas a estos minúsculos vehículos se han encontrado esporas de hongos y bacterias que pueden cultivarse y generar células viables después de tantos años. Lo mismo ocurre con otras antiguas muestras de polvo de la colección de Ehrenberg. Los investigadores concluyen que estas formas de vida pueden sobrevivir durante siglos y extenderse por el mundo con la deriva de los vientos.
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