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Joan Schmelz, la astrofísica que destapó el acoso sexual en la ciencia

La reacción a su testimonio

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Joan Schmelz, una de las diez personalidades científicas del año 2015 según la revista Nature./ Facebook

La astrofísica Joan Schmelz trabaja para mejorar la situación de las investigadoras en el masculinizado sistema científico. Su trabajo durante seis años al frente del Comité sobre la Posición de la Mujer en la Ciencia de la Sociedad Astronómica Estadounidense han contribuido a que términos como “sesgos de género”, “acoso sexual” o “patriarcado” se hagan visibles en el mundo de la ciencia y lleguen a la opinión pública.

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“Cuando publiqué mi caso, varias mujeres contactaron conmigo. Eran víctimas del mismo investigador, Geoffrey Marcy”

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Por teléfono, desde el Observatorio de Arecibo en Puerto Rico, la investigadora explica que una joven estudiante muy persuasiva fue quien la convenció para que lo hiciera público: “Yo estaba intentando ayudarla a atravesar una situación de acoso sexual y ella me convenció de que publicara mi historia porque podría ayudar a otras jóvenes. Cuando finalmente decidí hacerlo y escribí el primer borrador, me convencí a mí misma de que era necesario que pusiera mi nombre. Los abogados lo revisaron y ajustaron y, finalmente, aprobaron la versión que publicamos”.

La reacción a su testimonio

“Después de que publicara mi historia varias mujeres contactaron conmigo de forma privada para pedirme consejo sobre cómo afrontar sus propias situaciones de acoso. En ese momento descubrí que varias eran víctimas del mismo investigador, Geoffrey Marcy, pero no se conocían entre ellas ni sabían que otras estaban en la misma situación”, relata durante la conversación. Se toma su tiempo para explicarse y habla de forma pausada, con una pronunciación muy clara.

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La universidad de Berkeley mantuvo en su puesto a Marcy, pero el rechazo público de la comunidad científica lo forzó a a dimitir

Schmelz les preguntó si en el caso de que hubiera otras mujeres que hubieran sido acosadas por Geoffrey Marcy les gustaría saberlo y poder estar en contacto. Algunas de ellas respondieron afirmativamente y la científica las ayudó a reunirse para que pudieran compartir sus historias.

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Hasta 2015, Geoffrey Marcy era conocido como el científico que más objetos planetarios había descubierto. Ese año, tuvo que dimitir de su puesto en la Universidad de Berkeley cuando varias investigadoras lo denunciaron por acoso sexual. El testimonio de Schmelz fue clave para que estas mujeres se atrevieran a contar sus casos. / Imagen: NASA

Otros casos salen a la luz

El caso no ha sido el último en hacerse público en Estados Unidos. En enero de 2016, el Instituto de Tecnología de California en Pasadena (EE UU) confirmaba en un comunicado que había expulsado sin sueldo durante un año a un miembro de la facultad, tras determinar que había cometido acoso por razón de sexo sobre dos estudiantes graduadas.

Para Schmelz, alguien que ya ha acosado no puede liderar un equipo: “Su trabajo va más allá de la ciencia, también consiste en guiar a los estudiantes”

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Ott tomó como confidente a otra estudiante a la que acosó con mensajes y llamadas y cuya valía también puso en tela de juicio. En una conversación por Skype le confesó que era incapaz de lidiar con sus sentimientos por la primera alumna y que esa había sido en realidad la razón del despido.

La respuesta desde el Congreso

El 12 de enero de este año la congresista estadounidense Jackie Speier revelaba el caso de Timothy F. Slater, un profesor de astronomía que fue declarado responsable en 2004 de crear un ambiente de trabajo hostil para los estudiantes y empleados de la Universidad de Arizona (EE UU), haciendo comentarios sobre los cuerpos de las mujeres e invitando a estudiantes a ir a clubs de striptease. Cuatro años después Slater dejó la institución para obtener un puesto prestigioso en la Universidad de Wyoming, donde es ahora profesor. El caso no se había hecho público y no había afectado en lo más mínimo al trabajo del catedrático.

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“Es muy importante que estas situaciones se reflejen en el expediente del acosador”, afirma

La política del Partido Demócrata anunció que introduciría nueva legislación para requerir que las universidades informaran a otras instituciones de los resultados de un procedimiento disciplinario. “Es hora de dejar de fingir que el acoso sexual en la ciencia es algo que sucedió hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana”, afirmó en su discurso.

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La reacción ante el acoso

La investigadora puntualiza que la palabra a la que recurre una y otra vez para hablar sobre límites es “profesionalidad” y que un concepto tan simple como “actuar de una manera profesional” debería servir a cualquiera para saber cuándo se cruza la línea.

Un concepto tan simple como “actuar de una manera profesional” debería servir a cualquiera para saber cuándo se cruza la línea

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Schmelz también reclama que cada universidad tenga un departamento donde pueda acudir una víctima que sufra acoso, sexual o por razón de género, para que le puedan aconsejar y guiar, lo que no implicaría necesariamente formalizar una denuncia, sino tener un lugar en el que poder hablar de forma confidencial y en el que se le informe de cuáles son las opciones que le ofrece el centro.

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