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Lewis Carroll en el país de las matemáticas

Pasión por la geometría

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Autorretrato de Charles Dodgson, verdadero nombre de Lewis Carroll. AGENCIA SINC.

MADRID.- Cuentan que a la reina Victoria le gustó tanto 'Alicia en el país de las maravillas' (1865) que ordenó que le enviaran el siguiente libro que escribiera su autor. No podía imaginar que dos años después recibiría en sus aposentos una copia del Tratado elemental de los determinantes que, por supuesto, no le divirtió en absoluto. Esta anécdota, tan popular como improbable, sirve para recordar que tras el pseudónimo de Lewis Carroll se ocultaba tímidamente Charles Dodgson, un brillante matemático y divulgador.

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En su libro 'Lewis Carroll en el país de los números', el profesor Robin Wilson defiende el legado matemático de Charles Dodgson quien, en su opinión, habría sido recordado por sus aportaciones aunque nunca hubiera escrito un cuento para Alice Liddell, la hija del decano del college Christ Church de Oxford a la que tanto quería. Son destacables sus trabajos sobre geometría, álgebra y lógica, pero sobre todo, su figura como divulgador a través de juegos, problemas y paradojas para niños y adultos.

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En 'El juego de la lógica', Dogson iniciaba a los más pequeños en este campo. AGENCIA SINC.

Uno de los más llamativos, en opinión de la colaboradora del programa de televisión Órbita Laika y profesora de Matemática Aplicada de la Universidad de Sevilla, Clara Grima, es el método para averiguar el día de la semana en el que cae cualquier fecha. “John Conway, uno de los matemáticos más brillantes del siglo XX, propuso un algoritmo similar... cuando Carroll había hecho lo mismo cien años antes”.


El poeta Leopoldo María Panero reunió una selección de los mejores juegos carrollianos en el recopilatorio Matemática demente. De todos ellos, la paradoja del reloj es uno de los más conocidos:

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Cartel de la celebración de los 150 años de Alicia, por Dominic Murphy. AGENCIA SINC.

Lo cierto es que la lógica tenía más que ver en el siglo XIX con la filosofía que con las matemáticas. Dodgson se perdió los avances de mediados del siglo XX en este campo; sin embargo, su papel en esta revolución, encarnada en la figura del padre de la informática Alan Turing, puede haber sido clave. El juego de la lógica, libro publicado por Carroll para iniciar a los más pequeños en este campo, llegó a las manos de Turing. Hasta qué punto le influyó en su carrera es algo que solo podemos conjeturar.

Pasión por la geometría

“Te recomiendo que llames a uno de los seis conejitos ‘Parallelopipedon’[paralelepípedo], que es un nombre fácil de recordar y el animalito lo aprenderá en seguida”, decía Dodgson en una carta a su hermana Elizabeth.

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Dodgson fue productivo en geometría y álgebra; por ejemplo, es curioso su estudio de la cuadratura del círculo. Algunos de esos trabajos resultan farragosos incluso para los expertos actuales porque, como explica Macho, “en aquella época las matemáticas eran complejas y muy difíciles de leer”, debido al estilo narrativo con el que se explicaban. “Hoy no se cuentan, sino que se escriben de manera formal y son más fáciles de seguir”, añade Macho.

Una madriguera de conejo sin fondo

Nada farragosas son las aventuras de Alicia, que pueden leerse como un cuento infantil y, sin embargo, poseen una profundidad científica que da para llenar páginas. Tomemos, por ejemplo, la caída de Alicia por la madriguera del conejo, en la que se pregunta qué sucedería si atravesara la Tierra: “¡A lo mejor salgo por el otro lado!”. Con esto, Carroll intenta resolver una pregunta sobre la gravedad: qué ocurriría si se lanzara una piedra por un agujero que atravesara el planeta.

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Alicia, musa científica

El fervor que desata 'Alicia en el país de las maravillas' ha provocado que muchos investigadores se inspiren en los personajes y situaciones ‘carrollianas’ para explicar teorías y bautizar descubrimientos.

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