Este artículo se publicó hace 15 años.
Madera a la moda pero sin certificar
Los madereros reclaman a arquitectos y diseñadores que utilicen las especies autóctonas y no exóticas
La madera es un producto natural, renovable, no es tóxico y traga dióxido de carbono (CO2), pero durante años se ha criticado su uso como material de construcción porque se asociaba a la destrucción masiva de los bosques. Sin embargo, la certificación de bosques y de la cadena de custodia durante el proceso de transformación está cambiando la visión de los compradores.
Uno de los fundamentos de la certificación es que, para que haya madera en el futuro, la gestión de los bosques debe ser sostenible. Esto ya se tiene en cuenta en España y el resto de países europeos, pero no tanto en los bosques tropicales, de donde proceden maderas muy demandadas como la teca, el ipé o el iroco. La certificación pretende que la gestión de un bosque sea sostenible, es decir, que haya una evaluación individual de la masa boscosa y que se extraigan los árboles indicados para que se puedan regenerar.
En países tropicales la garantía puede encarecer el producto un 25%Existen dos sistemas internacionales de certificación forestal: FSC y PEFC. Además de evaluar la gestión del bosque, el primero incluye aspectos como derechos laborales o respeto a las tradiciones culturales indígenas.
Una de las trabas para certificar los bosques y garantizar que la extracción de la madera sea sostenible es el precio de las evaluaciones y los inventarios forestales. En los países tropicales el coste de la certificación puede encarecer el precio de la madera un 25%, advierte el presidente de la Asociación Española de Importadores de Madera (AEIM), Ramón Gabarró. Y este sobreprecio hace que los compradores desestimen el producto. Al final, los arquitectos e interioristas son los que piden una especie u otra en los pliegos de condiciones, y "como en la ropa, la madera también va por modas", añade Gabarró. Maderas consideradas más nobles o de prestigio, como la teca o el iroco, se prefieren frente a maderas autóctonas de la misma calidad, como el castaño. "En la actualidad es imprescindible importar madera, la mayor parte del resto de Europa, pero hay capacidad en los bosques españoles para aumentar la tasa de cobertura del mercado", indica Gabarró.
La sostenibilidad es leyLos expertos piden que se prime la certificada en los concursos públicosEn España sólo el 5% de los bosques están certificados, pero la ley ya obliga a una gestión como la que definen los certificadores, y los productores sólo se animan si hay un valor añadido. Así, si en los concursos públicos se primara la madera certificada, esto supondría una apuesta mayor, explica Gabarró. Mientras, los dueños de las explotaciones tienen que pagar a dos certificadores por el mismo trabajo.
Es el caso de Pedro Martínez, director gerente de Maderas Siero, una empresa de cuatro generaciones de productores de madera en Asturias, que posee también sus propios bosques de castaños. Maderas Siero es un ejemplo de sostenibilidad que cuenta con certificación de bosques y del proceso de transformación, ya que unos clientes piden madera FSC y otros, madera PEFC. Martínez pide que ambos sistemas se reconozcan y no se duplique el trabajo ni el precio. "La certificación es un plus de que lo estás haciendo bien, pero no significa que antes no se hiciera también de manera correcta", añade.
El 65% de los montes españoles está en manos privadas. En Asturias, como en otras comunidades autónomas, la propiedad de los bosques está muy fragmentada y muchos propietarios no se ocupan a diario de sus fincas o ni siquiera viven en la zona. La certificación es un coste.
Una nueva iniciativa es expedir certificaciones regionales, por las que sólo se pagarían 1,25 euros por hectárea cada cinco años, explica Antonio Cueto, delegado del Colegio de Ingenieros Forestales del Principado. "Se trata de hacer ver a los propietarios que, si gestionan el monte, la madera será de más calidad, porque crece más rápido al seleccionar los mejores pies, y además se crea empleo rural", señala Cueto.
Fabricación ‘limpia’ y europeaFabricar una tonelada de PVC o de aluminio emite ocho toneladas de CO2; una de madera, sólo 0,1 toneladas.
El 51% de la madera importada en España procede de Europa, el 15% de Norteamérica, el 14% de África, el 10% de Suramérica y el 4% de Asia.
La importación de madera en 2008 fue de 1.646 millones, frente a los 2.307 de 2007.
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