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La madre más vieja del mundo

Un fósil de un pez preñado indica que el sexo ya existía en los vertebrados hace 380 millones de años

JAVIER YANES

 

El embrión de vertebrado más viejo del mundo, la más antigua prueba de la existencia del sexo en estos animales, y la primera vez que el registro fósil muestra a una madre preñada y su cría conectados por un cordón umbilical. Es la impresionante lista de récords que adornan el hallazgo de un equipo de investigadores del Museo Victoria de Melbourne y de tres universidades australianas, y que esta semana recoge la revista Nature.

El animal que reúne estos honores es un placodermo –peces prehistóricos con armadura externa– que medía unos 25 centímetros y que vivió hace 380 millones de años en la hoy llamada Formación Gogo en el noroeste de Australia, entonces un arrecife marino. La nueva especie ha sido bautizada como Materpiscis attenboroughi, nombre que alude a su condición materna y al primer científico que llamó la atención sobre este rico yacimiento del periodo devónico, el naturalista inglés y productor de documentales de televisión David Attenborough.

El fósil, preservado intacto gracias a la estabilidad geológica del área, no revela su rareza a simple vista. El director del estudio, John Long, explica: “Cuando encuentras un pez pequeño dentro de otro grande, tiendes a pensar que es la cena”. Pero estos huesos no estaban deteriorados por los ácidos digestivos y el análisis por tomografía permitió hacer una reconstrucción en 3-D que no dejaba dudas. “Cuando vi el embrión dentro de la madre, me quedé boquiabierto y sin palabras”, dice Long.

El cordón umbilical mineralizado y una estructura que podría corresponder a un saco vitelino indican que el pez era vivíparo –daba a luz crías ya formadas–, como algunos tiburones y rayas actuales. Hasta hoy, el caso más antiguo conocido de viviparismo en vertebrados era el de algunos reptiles del jurásico, 200 millones de años más tarde. Según Long, el hallazgo prueba que la fecundación interna apareció en la evolución antes de lo sospechado: “Es la prueba más temprana de sexo con cópula en vertebrados”, señala.

Por las similitudes de estos animales con los tiburones, de conducta sexual muy elaborada, Long especula sobre la nueva especie: “Estos peces primitivos, que se veían como grandes, lentos y monótonos, probablemente tenían un ritual de cortejo asombroso”.

 

Los dinosaurios disfrutaron de su reinado antes de que su extinción facilitara la expansión de los mamíferos. Pero antes de unos y otros, los placodermos fueron los reyes de la Tierra o, mejor dicho, del agua: estos peces prehistóricos dominaron las aguas dulces y saladas de todo el planeta en el periodo devónico de la era paleozoica, entre 420 y 350 millones de años atrás.

Los placodermos eran sobre todo depredadores que poblaban los fondos marinos y lacustres. Tenían en común una armadura de placas que protegía la parte anterior de su cuerpo. Posiblemente, formaron la rama más antigua de vertebrados con mandíbulas, en un grupo hermano al que daría origen a los peces óseos y los tiburones.

Los placodermos se extinguieron al final del devónico por causas aún desconocidas, aunque probablemente los cambios en sus ecosistemas fueron determinantes.

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