Este artículo se publicó hace 13 años.
El mayor laboratorio flotante llega a El Hierro
El buque Ramón Margalef' mostrará las primeras imágenes del volcán
Después de una travesía atlántica de 1.600 kilómetros y procedente del puerto de Vigo, el buque oceanográfico de 46 metros de eslora Ramón Margalef llegó a Canarias. El buque científico realizó una escala técnica en el puerto de Santa Cruz de Tenerife donde se avitualló y cargó algunos instrumentos del Centro Oceanográfico de Canarias, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía (IEO). Anoche partió rumbo a El Hierro, donde se espera que comience a trabajar esta misma mañana.
El barco Ramón Margalef llega a El Hierro envuelto en polémica. Políticos y científicos se han quejado de la demora en activar este recurso. El subdirector del Centro Oceanográfico de Tenerife, Demetrio de Armas, justifica que "si este barco hubiera llegado en los primeros días de las crisis" no hubieran podido trabajar "por motivos de seguridad. Además, un agua contaminada como esa hubiera dañado los motores". Sobre el posible retraso asegura que la primera orden de movilización les llegó el día 13 desde la Delegación de Gobierno de Tenerife. "En ese momento, nos hemos puesto a trabajar para que hoy estemos aquí, creo que en un tiempo récord", añade.
Su misión es observar los fondos marinos cercanos a La Restinga
Se trata de la primera misión científica en la que participa el Ramón Margalef. Debe observar los fondos marinos cercanos a La Restinga y ponerle imágenes a ese volcán que provocó la pasada semana una gigantesca mancha verde, burbujeos, emanaciones de gases y cientos de seísmos. Para lograrlo, una vez en aguas herreñas, trabajará ininterrumpidamente sobre el lugar de la erupción. Según Armas, se trabajará "sin descanso". "Estamos llenando los tanques de combustible para poder estar en la zona el máximo tiempo posible", afirmó.
Con esta campaña, se podrá salir de dudas respecto a la naturaleza de la erupción volcánica que anunció el Instituto Geográfico Nacional el pasado 10 de octubre, coincidiendo con el registro de un tremor en los sismómetros que están en El Hierro.
"La misión comenzará con una primera fase de aproximación, donde haremos un acercamiento al lugar para averiguar dónde está la boca eruptiva", explica Armas. El barco cuenta con una sonda multihaz que cartografiará el fondo en busca de nuevas formaciones geológicas. Utilizará un sistema informático que comparará los nuevos datos con los mapas marinos que realizó el barco Hespérides en 1998 y 2000. "Detectaremos cualquier diferencia mayor de 20 centímetros", afirma José Ignacio Díaz, jefe de flota del IEO.
Esta campaña permitirá aclarar la naturaleza de la erupción
En esta aproximación también se podrán tomar datos sobre la calidad del agua, gases disueltos, PH, salinidad o temperatura. Otro instrumento vital será el Trineo, una pequeña plataforma dotada de una cámara de alta resolución que será arrastrada por el barco. Díaz comenta que "permitirá tener imágenes en directo de la zona y de forma rápida, sin necesidad de desplegar instrumentos complejos".
Pero todas las miradas de científicos y curiosos se centran en la banda de babor de la cubierta baja. En ese lugar se encuentra la "joya de la corona del IEO". Se trata del ROV Liropus, un vehículo submarino capaz de filmar los fondos con una calidad y nitidez excepcional. Este gran instrumento se compone de dos piezas complementarias.
Como explica Díaz, el robot está dentro de un garaje y ambos bajan al fondo. Cuando están allí, el robot sale y se mueve a voluntad de los técnicos. Robot y garaje pueden bajar a mil metros de profundidad y, una vez allí, el primero puede desplazarse en un radio de 250 metros a la redonda. Este sistema submarino está provisto de dos brazos robóticos que permiten al operador manipular materiales y tomar muestras de rocas. El volcán por fin podrá ser visto.
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