Cargando...

El millonario que sueña con salvar a la humanidad

Las sombras del mito

Publicidad

El empresario trabajando en su despacho de SpaceX. / OnInnovation.

Con doce años, muchos niños están enganchados a los videojuegos. Pueden pasarse noches enteras sin dormir, alumbrados por la hipnótica luz de la pantalla, con cuidado de no despertar a sus padres. Son cosas de la edad. Algo distinto es que un niño diseñe el código fuente de un videojuego espacial con 167 líneas de instrucciones. La revista sudafricana PC and Office Technology lo publicó en 1984, mencionando a su autor: E. R. Musk.

Publicidad

Al principio, al polifacético inventor no le hizo ninguna gracia que el redactor quisiera publicar su biografía y se negó a colaborar. Dieciocho meses después, tiempo que Vance dedicó a recabar los testimonios de unas doscientas personas, Musk reconsideró su postura, pero pidió al periodista que le dejara leer la obra antes de publicarla e incluir notas al pie, a lo que Vance se negó. El empresario accedió de todas formas, consciente de que querer controlar lo que publica un periodista comprometía su imparcialidad y, al mismo tiempo, le dibujaba como un enfermo del control.

Click to enlarge
A fallback.

Las sombras del mito

Acostumbrados a su imagen de triunfador, probablemente pocos conozcan cómo fue la infancia de Musk. Nació en Pretoria en 1971 y es el mayor de tres hermanos. Sus abuelos fueron unos aventureros que se trasladaron de Canadá a Sudáfrica buscando nuevos retos.

El presidente Barack Obama recorre las instalaciones de SpaceX en Cabo Cañaveral acompañado por Elon Musk en julio de 2010. / NASA/Bill Ingalls.

A la violencia física de las aulas se sumó la tortura psicológica que llevaba a cabo su progenitor. “Las pandillas me buscaban en la escuela para molerme a palos y, cuando volvía a casa, era igual de horrible. El espanto no acababa nunca”, le contó Musk al redactor con los ojos humedecidos. Tal vez por eso, se marchó de Sudáfrica en cuanto pudo. A los 17 años compró un billete a Canadá y no ha vuelto a su país desde entonces.

Publicidad

Musk hizo prácticas en Silicon Valley y, tras terminar las licenciaturas de Física y Administración de Empresas en la Universidad de Pensilvania (EEUU), en 1995, en plena ebullición del negocio de internet, creó junto a su hermano Zip2, un directorio de búsqueda de negocios enlazado a mapas, similar a lo que hoy es Google Maps. Cuatro años después, Compaq lo compró por 307 millones de dólares. “Con 27 años de edad, a Musk le había costado menos de una década dejar de ser un mochilero para convertirse en multimillonario”, destaca Vance en su libro.

Un ritmo frenético

Mientras rumiaba su despedida de PayPal, el incasanble Musk ya tenía en mente un nuevo proyecto. Ni más ni menos que el sueño de su vida: montar una empresa espacial con la que diseñar cohetes a bajo precio que le acercaran a otros mundos. Tras intentar comprar un cohete a los rusos y darse cuenta de lo suicida de la misión, se decidió a construirlo desde cero.

Publicidad

Los testimonios de su ex mujer, Justine, muestran una imagen de Elon fría y evasiva, que, según ella, utilizaba como mecanismo de supervivencia

El periodista muestra la clara prioridad de Musk por sus negocios, entre los que intenta compaginar su vida familiar. Lejos de conformarse con SpaceX, en 2004 se convirtió en el mayor accionista y presidente de Tesla, por aquel entonces un incipiente negocio que se había propuesto diseñar un vehículo eléctrico. Su semana se divide entre Los Ángeles, donde tiene el cuartel general de SpaceX, y Silicon Valley, donde está el de Tesla. Trata de pasar con sus cinco hijos cuatro días de la semana.

Publicidad

Absorbido por el personaje

Adentrarse en la vida de una persona a tal nivel de profundidad pasa factura. Durante dos años, Musk absorbió a Vance como los negocios le absorben a él. Lo bueno es que los hijos del periodista se han aficionado a los coches y a los cohetes. Lo malo es que en ocasiones el redactor peca de cierta fascinación hacia el personaje.

Publicidad