Este artículo se publicó hace 17 años.
Nueva arma contra el acoso
Policía y Guardia Civil implantan un sistema que les permite colaborar en tiempo real en casos de pornografía infantil
En ninguna otra época los niños han tenido acceso a tanta información para su educación o su entretenimiento como en la era de Internet. Como contrapunto, están también expuestos al abuso. Para combatirlo de una forma más eficaz, la Policía y la Guardia Civil usan desde la semana pasada un sistema que les permite compartir toda la información que tienen sobre víctimas y sospechosos.
El sistema se llama CETS (Sistema de rastreo de Abuso Infantil, por sus siglas en inglés). Desarrollado por Microsoft en colaboración con la Policía Montada del Canadá y la Policía Federal de Toronto, las españolas empezaron a implantarlo en noviembre de 2006. La semana pasada entró en su fase operativa.
Por razones de eficacia, no se conocen muchos detalles, pero el sistema permite a un agente que inicia una investigación, saber en tiempo real si el sospechoso o la víctima aparecen en otro caso investigado en otro lugar.
El director de tecnología de Microsoft, Héctor Sánchez, lo explica: "Cuando el investigador está en su página siguiendo alguna pista, un apodo, una cuenta de correo o una IP [dirección] de algún ordenador, CETS le avisa de forma automática si alguno de los datos que él maneja aparecen en alguna otra investigación de otro compañero".
El sistema, que funciona de forma automática, permite a los investigadores compartir información sobre diferentes casos, acceder a bases de datos de las distintas agencias policiales y, con sistemas de minería de datos, establecer relaciones. Todo ello, a través de Internet en conexiones seguras.
500 investigadores
En una segunda fase de desarrollo, se prevé que se establezcan enlaces con policías de otros países. A día de hoy, CETS está implantado en Canadá, Brasil, Indonesia, Chile , Italia y Reino Unido. Sin contar a los españoles, unos 500 investigadores de todo el mundo lo usan para limpiar la Red.
Se estima que sólo el 1% de los casos de abuso o de pornografía en los que algún niño se ha visto implicado ha sido resuelto. Las distintas policías, acostumbradas y limitadas a trabajar en su jurisdicción local, poco pueden hacer contra un fenómeno global.
La colaboración es el arma más efectiva. Sin embargo, a pesar de la buena voluntad de los que trabajan sobre el terreno, la idea de compartir la información se ve frenada por la burocracia policial o, peor aún, "los jefes a veces quieren llevarse la medalla, lo que perjudica nuestro trabajo", afirma un agente.
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