Este artículo se publicó hace 16 años.
Una nueva Tierra está cerca
El récord del exoplaneta más pequeño conocido se ha batido dos veces en menos de dos meses. Y la búsqueda continúa
Hace menos de dos meses, un grupo dirigido por el astrofísico del Instituto de Ciencias del Espacio de Cataluña (CSIC) Ignasi Ribas presentaba el descubrimiento del menor planeta extrasolar encontrado hasta el momento. GJ 436c tiene una masa cinco veces superior a la de la Tierra. Pero el récord duró poco. El 2 de junio, un equipo liderado por David Bennet, de la Universidad de Notre Dame (EEUU), anunciaba el hallazgo de MOA-2007-BLG-192L, un planeta de roca y hielo con el triple de masa que la Tierra. Ribas recibió la noticia con deportividad. “Mi valoración del hallazgo es muy positiva, porque indica que este campo avanza muy rápido y cada vez progresa más”, afirmó.
El pequeño planeta orbita una estrella de tamaño diminuto. Su masa es sólo un 6% de la del Sol. Es lo que se conoce como una enana marrón y es demasiado pequeña para mantener reacciones nucleares en su interior. Esto hace difícil que un sistema planetario presidido por un astro así pueda albergar vida. “Este tipo de estrellas se calientan cuando se forman y después se van enfriando”, explicó Ribas. “Por esa razón –continuó– las temperaturas que propician una zona habitable en torno a una enana marrón no duran suficiente para que aparezca la vida; en la Tierra fueron necesarios mil millones de años”.
El planeta orbita su pequeña estrella a una distancia similar a la de Venus. Sin embargo, la debilidad del brillo de la enana marrón, entre 3.000 y un millón de veces más leve que el del Sol, hace que, probablemente, la parte superior de la atmósfera de MOA-2007-BLG-192L esté más fría que la de Plutón. No obstante, los autores del hallazgo consideran que el planeta tiene muchas posibilidades de tener una atmósfera con la suficiente masa para mantener temperaturas más calidas en el interior.
El desarrollo de nuevas técnicas de detección y el gran interés que despierta están haciendo que la exoplanetología viva una época de ebullición. El pasado 30 de mayo, la Agencia Europea del Espacio (ESA) anunció el nombramiento de un equipo que desarrollará una hoja de ruta para la búsqueda de planetas parecidos a la Tierra.
El presidente de este comité, el director del Observatorio de Turingia, Artie Hatzes, explicó que se pretende seguir una estrategia en tres pasos. “En primer lugar, los observadores deberán decirnos qué hay ahí fuera. En segundo lugar, los teóricos nos dirán qué podemos esperar encontrar y, en tercer lugar, los tecnólogos deberán contarnos qué instrumentos son necesarios para encontrar estos objetos”, dijo el experto.
La certeza entre los astrónomos de que el descubrimiento de un planeta del tamaño de la Tierra está cerca la mostraba Bennett cuando dando el hallazgo por inevitable defendía que sería el sistema de microlente (el empleado por su equipo para el hallazgo de MOA-2007-BLG-192L) el que permitiría realizarlo. “Eso sí, tendremos que ser muy rápidos para derrotar a los programas de velocidad radial (otro sistema de detección de exoplanetas) y la misión Kepler de la NASA (que buscará planetas fuera del sistema solar), que se lanzará a principios de 2009”, afirmó.
La semana que viene, en Nantes, se celebrará un congreso sobre Super-Tierras (los exoplanetas más parecidos a la Tierra). Es posible que el record de Bennett también tenga los días contados.
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