Este artículo se publicó hace 12 años.
La OMS declara cancerígenas las emisiones de los motores diésel
La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer asegura que la exposición a esas partículas está "asociada con un incremento del riesgo de cáncer de pulmón"
La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), que pertenece a la Organización Mundial de la Salud (OMS), clasificó hoy las emisiones de los motores diésel como cancerígenas para los seres humanos.
Los científicos disponen de suficientes evidencias para asegurar que la exposición a ese tipo de emisiones está "asociada con un incremento del riesgo de cáncer de pulmón", indicó la IARC en un comunicado tras una reunión de expertos internacionales celebrada en Lyon (este de Francia) durante los últimos días.
Éstos consideran, además, que existen "pruebas limitadas" de que las emisiones de ese tipo de motores pueden también incrementar el riesgo de cáncer de vejiga.El presidente del grupo de trabajo de la IARC, Christopher Portier, declaró que la decisión de los expertos fue "unánime" y que "las emisiones de los tubos de escape de los diésel causan cáncer de pulmón en los humanos".
"Dados los impactos adicionales para la salud humana de las partículas de los motores diésel, la exposición a esta mezcla de productos químicos debería reducirse en el mundo entero", alertó Portier, quien indicó que el anuncio de la OMS supone una "señal fuerte para la salud pública".
Tubos de escape y otros motoresLos expertos se centraron en muestras de personas con trabajos que implican altos niveles de exposición, aunque recordaron que otros estudios similares apuntan que los resultados obtenidos en esos grupos muy sensibles suelen verse después refrendados por el impacto en el conjunto de la población.
"Por tanto, las acciones para reducir la exposición debe englobar tanto a los trabajadores como a la población general", precisó en el mismo comunicado Kurt Straif, uno de los científicos congregados en Lyon. El peligro de la exposición a las emisiones no se reduce a los tubos de escape de los coches, sino que afecta además a otros motores, como los de los barcos y trenes diésel, añade la nota de la IARC.
"Este énfasis se necesita a nivel global, incluyendo a las poblaciones más vulnerables de los países en desarrollo donde, de otro modo, llevaría años adoptar nuevas tecnologías y medidas de protección", añadió la agencia.
La creciente sensibilidad medioambiental en las dos últimas décadas ha derivado en acciones reguladoras en Norteamérica y Europa, entre otras áreas, con exitosos estándares para reducir las emisiones tanto de los motores diésel como las de los que funcionan con gasolina, señaló esa agencia de la OMS. "No obstante, mientras la cantidad de partículas y agentes químicos se reduce con estos cambios (tecnológicos), no está del todo claro cómo estos cambios pueden afectar a la salud, en términos cualitativos y cuantitativos", agregó la IARC.
Los científicos reafirmaron además que las emisiones de los motores de gasolina también pueden resultar cancerígenas para los seres humanos, tal y como se había estipulado en una evaluación previa en 1989.
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