Este artículo se publicó hace 13 años.
Una partícula viajera explica el origen del Sistema Solar
El largo viaje realizado por una roca espacial da claves sobre la formación de los primeros planetas
Una pequeña china espacial del tamaño de un guisante, formada hace 4.570 millones de años, acaba de revelar información muy valiosa sobre los albores del Sistema Solar. La partícula, que llegó a la Tierra a bordo del meteorito Allende, realizó un largo viaje espacial que le dejó huella en cada uno de sus pequeños estratos. Algo así como un cuaderno de bitácora en el que hubiera ido anotando sus andanzas y que ahora han podido leer por primera vez científicos de la NASA y la Universidad de Berkeley (EEUU).
Según estos investigadores, que publican hoy sus hallazgos en Science, esta partícula facilita la primera evidencia de polvo espacial que estuvo sometido a salvajes cambios de entorno a lo largo de los primeros años de formación de los planetas del Sistema Solar. Antes de comenzar su viaje, la partícula A-37 se formó en las ardientes cercanías del Sol, donde se fundió a temperaturas superiores a los 17.000 grados.
Las distintas capas del granito de la partícula guardaron toda la información
Por efecto de los poderosos campos magnéticos que desplegaba el astro en aquellos primeros momentos, el granito de roca espacial salió despedido hacia el exterior del Sistema Solar. Esto avalaría que, en el origen, el llamado disco protoplanetario del que surgió el Sistema Solar se comportaba como una gigantesca centrifugadora que expulsaba material al exterior.
Allí, la partícula se soldó por debajo de los 0ºC, desde donde regresó hasta el cinturón de asteroides. Mucho más tarde, adosada a un meteorito, golpeó contra la Tierra en la zona del actual México. El equipo liderado por el investigador de la NASA Justin Simon calcula que la longitud total del viaje realizado por la partícula supera los 1.200 millones de kilómetros, sin contar sus movimientos orbitando alrededor del Sol.
Anillos de crecimiento
El objeto realizó una travesía de más de 1.200 millones de kilómetros
Simon ha llegado a estas conclusiones analizando con una microsonda la composición de las distintas capas de la partícula, como si se tratara de los anillos del tronco de un árbol. "El estudio de estas capas muestra que se formó en muy distintas regiones del disco protoplanetario", explica este cosmoquímico.
Según Simon, su hallazgo muestra cómo la formación de los primeros cuerpos sólidos se realizó mientras experimentaban importantes alteraciones en las condiciones de su entorno. "El estudio corrobora la idea de que los planetas rocosos, como la Tierra, Marte, Mercurio y Venus, se formaron de la suma de elementos mezclados de varias fuentes, y no de materiales obtenidos en la misma zona", defiende.
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