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En esta película se fuma

Un estudio muestra que el 80% de los filmes españoles más vistos incluye escenas de tabaco. Los expertos piden a Cultura que se advierta al espectador.

AINHOA IRIBERRI

Una reposición de la película Casablanca se proyecta en cualquier cine español. Los espectadores, sentados en sus asientos, ven con paciencia los anuncios previos al filme. Entre coches, refrescos y productos deportivos, se cuela un spot muy poco comercial: una advertencia sobre los riesgos que supone para la salud el consumo de tabaco, realizado por el Ministerio de Sanidad.

El Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT) envió el pasado jueves una carta a la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, en la que se pedía incluir esta medida para mitigar los efectos para la salud de la aparición de tabaco en el cine.

La preocupación de los expertos está avalada por las cifras. Según un estudio publicado recientemente en la revista Atención Primaria, en el 80% de las películas españolas aparecen escenas de tabaco, algo común también en las series de producción nacional. El porcentaje es significativamente menor, de un 33%, en la producción cinematográfica estadounidense.

Para quien se pregunte en qué afecta a la salud que alguien fume en pantalla, de nuevo la ciencia ofrece una respuesta: un estudio publicado en 2001 en el British Medical Journal demostró que el número de adolescentes menores de 15 años que fumaba era seis veces mayor entre los que veían más de 150 escenas con nicotina, frente a los que veían menos de 50 secuencias con este contenido. Las conclusiones son similares a las de otros trabajos que han visto la luz en publicaciones como Pediatrics o American Journal of Public Health, entre otras.

Al coautor del estudio español, el experto en tabaquismo Rodrigo Córdoba, la idea de contabilizar las escenas de tabaco en la cinematografía española le surgió por pura intuición. 'La sobredosis de tabaco en cine y series populares me parecía un exceso injustificable por la producción artística', explica. Córdoba cree además que las escenas de tabaco han aumentado desde 2006, año en el que se prohibió el product placement de tabaco en la producción audiovisual española.

Si bien el trabajo de Córdoba demuestra que en el cine español se fuma mucho, lo que es imposible de comprobar es que la industria tabaquera esté detrás de esta tendencia. La idea no es descabellada, sobre todo si se tiene en cuenta que en EEUU se ha demostrado que, históricamente, los fabricantes de tabaco han pagado a actores, guionistas y productores para que sus productos fueran visibles en pantalla. Documentos internos de las tabaqueras más importantes han puesto de manifiesto que actores como Clark Gable, Cary Grant o Spencer Tracy, entre otros, firmaron contratos para fumar en sus películas.

Para Córdoba, un ejemplo claro de cómo el tabaco pretende influir en la sociedad a través del cine es el patrocinio hasta hace dos años del premio Nuevos Directores del Festival de Cine de San Sebastián por parte de la Fundación Altadis, la tabaquera recién adquirida por Imperial Tobacco Group, fabricante de marcas como Fortuna y Ducados. Sin embargo, el portavoz de esta empresa, Miguel Ángel Martín, rechaza tajantemente este extremo: 'No hay posibilidad de hacer captación de fumadores con esta acción', subraya. De hecho, atribuye el patrocinio del premio a una contribución a la ciudad donde, hasta hace poco, había una fábrica de la empresa.

Martín es tajante al afirmar que nunca se ha pagado a un actor, director o guionista por fumar en la pantalla e insiste en que el patrocinio no recluta fumadores, entre otras razones, porque no se habla de ninguna marca específica.

Ante este argumento, Córdoba considera que a las tabaqueras 'les importa poco que sea una u otra porque el 85% de las marcas de tabaco está en manos de multinacionales'.

A este experto tampoco parece importarle que en España, como en el resto de Europa, se fume mucho, lo que podría explicar la elevada presencia del tabaco en el cine. 'Ese es el argumento de las tabaqueras', subraya, 'pero todo el mundo sabe que si bien los medios reflejan la realidad, también la modulan'.

El estudio de Córdoba analiza también siete conocidas series de televisión, como Física o Química o el éxito Cuéntame. El 75% de estas ficciones incluye escenas con tabaco, según el informe.

El guionista Daniel Castro, que ha participado en series como Yo soy Bea, además de escribir el guión de tres largometrajes, explica que en las teleseries en las que él ha trabajado no se muestra a personajes fumando y que es una actitud consciente. 'Se intenta tener cuidado'. Pero reconoce también que los personajes de dichas ficciones 'no lo piden' como sí lo hacen otros caracteres. 'Es común para definir a un personaje autodestructivo, a un banquero clásico, a un presidente de un club de fútbol...', describe. Respecto a la posibilidad de incluir anuncios antes de las películas con humo, Castro lo acepta. Eso sí, ni hablar de alterar el contenido.

 

1. El comienzo

En 1925, el experto en opinión pública y profesor de la Universidad de Nueva York, Edward Bernays, fue contratado por Chesterfield para incorporar a las mujeres al consumo de tabaco. Contrató a productores, directores y guionistas para incluir escenas en las que las protagonistas fumaran.

2. Cifras astronómicas

Según documentos desclasificados de las tabaqueras, pagaron grandes sumas para su inclusión en las películas de la edad dorada de Hollywood. American Tobacco pagó 218.750 dólares a finales de la década de 1930 para promocionar Lucky Strike.

3. Muertes relacionadas

Aunque el tabaco se asoció con éxito a los grandes actores, el nexo se recordó menos cuando estos fueron falleciendo, muchos de ellos por causas relacionadas directamente con el consumo de tabaco. Hubo alguna excepción, como el caso de John Wayne. El famoso actor, que murió de cáncer gástrico posterior a un carcinoma de pulmón en 1979, protagonizó anuncios antitabaco cuando fue consciente de su enfermedad y de la relación de esta con la nicotina. Entre los famosos que murieron por culpa del tabaco están también Spencer Tracy, fallecido por un infarto, o Gary Cooper, que murió de cáncer de pulmón a los 60.

4. Durante años

La relación entre tabaco y cine no acabó con el fin de la edad dorada. Ciertos documentos demuestran que siguió hasta la década de 1990. En una carta de los fabricantes de Winston a los productores de ‘Superman II’, los remitentes se quejaban porque los destinatarios habían firmado un acuerdo para que la marca rival, Marlboro, fuera visible, reclamando que la cambiaran por la suya. No lo consiguieron.

5. En la actualidad

El tabaco continúa estando presente en el cine y la televisión, como lo demuestra la imagen superior, de la serie ‘Futurama’, o la inferior, de ‘Mad Men’.  Aunque las leyes prohiben el ‘product placement’ y la publicidad, los expertos consideran que se debería advertir al espectador por la influencia que estas escenas tienen no sólo en las posibilidades de empezar a fumar, sino en las de dejarlo.

6. Campañas

Los movimientos antitabaco han apuntado a oscuras relaciones entre las tabaqueras y el mundo del cine. El Instituto Nacional del Cáncer de EEUU elaboró una campaña promocional que advertía de que ver películas en las que se fumaba era causa de que los niños comenzaran a fumar. EEUU incluyó en 2007 la presencia del tabaco como uno de los parámetros que influye en la clasificación de las películas por edades. En otros países también se regula la presencia de escenas de tabaco. 

 

El padre de películas como Amantes, La Buena Estrella o Las Trece Rosas –una de las analizadas por los autores del estudio sobre el tabaco en las películas españolas–, el productor Pedro Costa, considera “demencial” la sugerencia de que en el cine nacional se fuma por la presión de las tabaqueras. Costa, que también es productor de series como la mítica La Huella del Crimen, cree que el fenómeno se dio en EEUU pero no en España. “Ojalá nos dieran dinero por escenas de fumar”, ironiza.

Costa es consciente de que, gracias al cine y a la televisión, se implantó en EEUU “la moda de fumar”, un fenómeno que, señala, se ha recogido recientemente en la propia televisión, en la serie Mad Men. Además, el productor cree que sería muy complicado hacer product placement –la estrategia de marketing consistente en hacer que se vea el producto de una determinada marca– de un tipo concreto de cigarrillos sin que se notara que se está quebrantando la ley. “En el cine sería imposible; quizá sí en televisión, pero si se mostrara tres veces un paquete de Winston, todo el mundo lo notaría”, afirma.

Por otra parte, Costa apela a las diferencias entre los grandes iconos del cine estadounidense y los patrios. Así, mientras que tiene claro que la forma que tenía Humphrey Bogart de sostener un cigarro entre sus labios podía incitar a fumar, el productor se pregunta: “¿Quién hay en España con ese encanto?”.

El productor ni siquiera llega a evaluar la propuesta del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo de que se proyecten anuncios advirtiendo del riesgo del tabaco antes de las películas en las que haya escenas de fumadores: “Está el cine español para que lo ataquen los antitabaco”, concluye.

 

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