La placenta donde creciste nueve meses te pudo cambiar la vida
Los científicos sospechan que algunas enfermedades en la edad adulta tienen su origen en ella.
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La bolsa donde pasamos nueve meses antes de ver la luz es una gran desconocida para la ciencia. Cuando nace un bebé, normalmente, la placenta se desecha. Sin embargo, el órgano que ha sido el primer hogar del feto, y que probablemente marcará su salud para siempre, queda desaprovechado para la investigación médica.
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La principal dificultad es cómo estudiar la placenta en acción. Cuando los médicos pueden disponer de una, ya no funciona: es un órgano separado del feto. Por eso, se recurre a modelos animales. Aunque cada mamífero es un mundo, la información sobre el desarrollo placentario de otros primates es muy valiosa para los investigadores.
La principal dificultad es estudiar la placenta en acción porque cuando se dispone de una, ya no funciona
Esta especie de primates, de tamaño pequeño y pelos blancos en la frente y las barbas, habita en las selvas amazónicas de América Latina, donde vive en grupo y forma parejas monógamas. “Más que monos, parecen ardillas o gremlins”, describe Maria Teresa Abelló, conservadora de primates del Zoo de Barcelona.
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‘La nueva ciencia’ de Barker: programación fetal
No es un órgano pasivo: nuevos estudios prueban que se adapta para nutrir a su inquilino
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El peso del bebé ha sido una de las medidas más usadas para sacar conclusiones sobre la vida intrauterina. David Barker, de la Universidad de Southampton (Reino Unido), fue el primero en observar la relación entre la vida prenatal y las futuras patologías: las personas que nacían con bajo peso tenían más predisposición a desarrollar enfermedades coronarias.
La placenta deja de ser estéril
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“El ambiente fetal induce cambios epigenéticos que te influirán el resto de tu vida”, confirma Eduard Gratacós, director de BCNatal, el centro de medicina maternofetal y neonatal compartido por el Hospital Clínic y el Hospital Sant Joan de Déu. “Y el impacto de un ambiente hostil es mucho mayor en etapas precoces”.
“El ambiente fetal induce cambios epigenéticos que te influirán el resto de tu vida”, dice Eduard Gratacós, director de BCNatal
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Parece claro que buena parte de la tendencia genética a desarrollar patologías se programa en el útero. A día de hoy, ya hay médicos que preguntan sobre el peso al nacer y el percentil de sus pacientes cuando buscan las causas de las enfermedades. “Pero estamos encontrando muchas más variables aparte del peso”, asegura Rutherford, quien en el artículo sobre las monas titíes nacidas de partos múltiples se aventura a extender las implicaciones de sus resultados para interpretar “la proporción de partos de bebés humanos muertos que continúa sin tener explicación”.
Estimular la placenta con nanofármacos aún queda lejos, pero los científicos no lo consideran imposible
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Bloquear y estimular la placenta con sustancias farmacológicas queda muy lejos, pero a pesar de ello, los científicos no lo consideran imposible. “La tecnología aún no existe, suena a ciencia ficción” admite Rutherford, que imagina nanopartículas de oro que actúen como dispensadores de fármacos intrauterinos durante el primer trimestre de embarazo, período en el que se forma la placenta.