Este artículo se publicó hace 16 años.
¿Es posible retrasar el envejecimiento?
La bióloga del CNIO María Blasco cree que no hay que resignarse al tope genético de longevidad del ser humano
Casi ningún científico duda de que algún día, quizás no muy lejano, se podrán curar muchas de las enfermedades asociadas al envejecimiento, que, a su vez, son la mayor causa de morbilidad y de mortalidad en nuestras sociedades. Es inevitable pensar que, si esto se consigue, también llegaremos a vivir durante muchos más años en buenas condiciones de salud. No sería la primera vez que esto ocurre. A principios del siglo XX, la supervivencia media en los países occidentales era de apenas 40 años debido a la mortalidad prematura asociada a muchas enfermedades que entonces no tenían cura. Con el desarrollo de los antibióticos y las vacunas, así como gracias a muchos otros avances científicos, se ha duplicado la vida media de nuestra población, hasta superar los 80 años. ¿Hasta dónde podemos llegar? ¿Estamos ya en el máximo de lo que puede vivir la especie humana o podríamos volver a duplicar la longevidad media gracias a sorprendentes avances científicos?
Al fin y al cabo, hay personas que llegan a vivir los 110-120 años, lo que indica que aún no hemos llegado al máximo. Incluso podríamos ir más lejos. ¿Por qué resignarnos al tope genético de nuestra especie? La naturaleza ha generado especies más longevas que la nuestra, como algunas tortugas o loros, así que sólo se trataría de averiguar qué fórmula ha utilizado. O quizás incluso haya varias fórmulas para aumentar la longevidad. De hecho, hoy podemos potenciar la función de los genes con fármacos o con distintas estrategias de terapia génica. ¿Por qué no pensar que algún día podríamos llegar a vivir mucho más de 120 años modificando o potenciando la función de nuestros genes?
Uno de los temas más candentes de la investigación biomédica actual es, precisamente, entender por qué envejecemos desde un punto de vista molecular y genético. La idea detrás de estas investigaciones es que sólo si entendemos las bases moleculares del envejecimiento podremos desarrollar herramientas para curar, o al menos retrasar, la aparición de un gran número de enfermedades asociadas al envejecimiento. Las revistas científicas más prestigiosas publican regularmente trabajos con un mensaje recurrente: el envejecimiento es un proceso plástico que se puede retrasar mediante intervenciones genéticas, farmacológicas o nutricionales. Es, por lo tanto, cuestión de tiempo averiguar la receta perfecta para conseguir vivir más años en buenas condiciones de salud.
En el trabajo que se publica hoy en Cell, hemos dado un pequeño paso adelante en la comprensión de los mecanismos moleculares del envejecimiento. Hemos generado un ratón que envejece más tarde, llegando incluso a vivir un 40% más que los ratones normales. La fórmula utilizada se basa en la combinación de tan sólo cuatro genes: TERT, o telomerasa, que se encarga de mantener jóvenes los telómeros, y tres genes que nos protegen del cáncer.
La combinación de estos cuatro genes retrasa el envejecimiento de todos los tejidos estudiados, indicando que es posible retrasar la máquina del tiempo del envejecimiento y hacer que el organismo, en general, sea joven durante más tiempo.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.