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Preseleccionan seis posibles pistas de aterrizaje en Marte para el 'Mars Science Laboratory'

DANIEL MEDIAVILLA

Cuando se quiere colocar un ingenio de más de mil millones de euros sobre un planeta rocoso y surcado por fuertes vientos, como Marte, más vale elegir bien el lugar de aterrizaje. Eso es lo que, según explica hoy en Nature Oliver Morton, están haciendo los científicos de la NASA. Tras considerar decenas de opciones, han preseleccionado seis lugares posibles sobre los que se podría posar el Mars Science Laboratory (MSL) cuando llegue al planeta rojo en 2010.

En la selección de las pistas de amartizaje, los ingenieros han tenido que llegar a acuerdos con los geólogos. Los primeros prefieren zonas planas, por su mayor seguridad; los segundos, regiones más complejas, por su superior interés científico. “Si le preguntas a un ingeniero, querría aterrizar en el parking de un supermercado”, decía con sorna el geólogo de la Universidad de Brown (EEUU) Jack Mustard.

Controlar el aterrizaje de una sonda a millones de kilómetros de distancia implica un grado de incertidumbre considerable. Por este motivo, se prevé un espacio elíptico de unos 20 kilómetros de longitud para reducir riesgos ante posibles imprevistos. Una vez sobre Marte, el MSL se podrá desplazar hasta zonas más complicadas, en las que se encuentra la información más valiosa.

Después de esta primera criba, el satélite Mars Reconnaissance Orbiter, que ahora gira en torno al planeta, estudiará con mayor atención los lugares preseleccionados. Además, se intentará predecir mediante modelos informáticos el riesgo de que en alguno de los sitios seleccionados la fuerza del viento haga fracasar la misión. La decisión final no tiene que tomarse hasta que se acerque la fecha de lanzamiento de la sonda, prevista para octubre de 2009.

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