Este artículo se publicó hace 13 años.
Robots al rescate en Japón
Técnicos nipones entrenados en EEUU buscan supervivientes con sondas robotizadas
Para el especialista en robótica Satoshi Tadokoro, la vida ha dado un inesperado giro de 180 grados durante la última semana. Cuando asistía a la jornada final de un seminario de entrenamiento en rescate robotizado en la Ciudad del Desastre de la Universidad de Texas (EEUU), jamás se imaginó que sólo unas horas después los conocimientos que acababa de adquirir serían vitales para salvar las vidas de vecinos y amigos en su propia ciudad, Sendai.
A pesar de que los expertos afirman que es prácticamente imposible encontrar supervivientes cuando se sobrepasa el umbral de las 72 horas posteriores a una gran catástrofe como la que sucedió en Japón el pasado 11 de marzo, Tadokoro y otros cinco grupos más de técnicos entrenados en EEUU están decididos a llevarle la contraria a la estadística. Para conseguirlo cuentan con un aliado muy especial: Survivor Buddy (el amigo del superviviente, en inglés), un robot emocional diseñado para guiar a los equipos de salvamento hasta las víctimas atrapadas y hacerles compañía hasta que sean rescatadas de los escombros.
El amigo del superviviente' le comunica con los equipos de rescate
Este pequeño humanoide, con un innegable parecido al simpático robot Wall-E de Pixar, es capaz de colarse por lugares que serían inaccesibles para cualquier humano. Además, a diferencia de los seres humanos, Survivor Buddy no se cansa, puede trabajar más de diez horas sin parar ni requerir la recarga de sus baterías, y no le afectan condiciones ambientales tan peligrosas como los escapes de gas o sustancias radioactivas.
Según su creadora, la doctora Robin Murphy de la Universidad de Texas, "es la primera vez que un robot de estas características se utiliza en tareas de rescate". Murphy asegura que, además de un eficiente buscador, Survivor Buddy es "el mejor amigo" con el que los supervivientes se pueden encontrar en su delicada situación. Este sorprendente androide cuenta con una cabeza multimedia que permite a las personas atrapadas por los escombros mantener videoconferencias con los equipos de rescate, ver las noticias o transmitir sus constantes vitales a los médicos a la espera de ser liberado. Además, está diseñado para hacer llegar pequeñas cantidades de agua y alimento para mantener a las víctimas en el mejor estado posible.
"Nos permite llevar siempre el control de la situación y mantener el contacto visual con los supervivientes", explica Murphy, quien también destaca la importancia del componente social en los rescates.
Es capaz de aportar agua y alimento y medir las constantes vitales de la víctima
Por ello, Survivor Buddy ha sido diseñado para asentir o negar con la cabeza, además de mostrar emociones como tristeza o sorpresa.
A diferencia de otros ingenios mecánicos similares, el primer robot creado específicamente para participar en tareas de rescate es capaz de moverse en total oscuridad sin necesidad de focos. Su creadora justifica esta decisión en que "cuando una persona está atrapada durante más de 12 horas, cualquier cosa que se le acerque puede asustarla y el pánico empeoraría la situación".
Murphy empezó a trabajar en la idea de un androide específicamente diseñado para guiar a los equipos de salvamento tras el atentado con bomba en Oklahoma City y el terremoto de Kobe, en 1995. Sin embargo, no fue hasta 2001 cuando, tras su experiencia buscando supervivientes entre los restos de las Torres Gemelas, inició el desarrollo de Survivor Buddy, en el que se han invertido más de 1,3 millones de dólares.
Otros artefactos escalan escombros o se cuelan por huecos minúsculos
Serpiente mecánicaAdemás del Survivor Buddy, el profesor Tadokoro está utilizando sobre el terreno otro de los ingenios diseñados por Murphy y su equipo del Centro de Búsqueda y Rescate asistido por Robots (CRASAR). Se trata de una serpiente mecánica equipada con una cámara de alta resolución y capaz de colarse por pequeños huecos de poco más de cincocentímetros.
Junto a ellos, el doctor Koyanagi, de la Universidad del Instituto Tecnológico de Chiba (Japón), también está poniendo a prueba en Tokio la fiabilidad de su androide Quince, capaz de escalar escombros y subir escaleras para llegar a donde nadie más puede alcanzar.
Y es que, aunque estos dispositivos llevan más de un año preparados para entrar en funcionamiento, Japón ha sido su primer destino. La falta de coordinación sobre el terreno en los seísmos de Haití y Chile hicieron que ninguno de estos robots participase en los rescates.
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