Este artículo se publicó hace 16 años.
'Sapiens', nacido para triunfar
Un análisis español muestra que la diversidad anatómica de esta especie es una cualidad que ya estaba en sus orígenes
Hacer hablar a las piedras no es sencillo, pero los paleontólogos, con pacientes interrogatorios, acaban por sacarles historias interesantes. Algunas, sin embargo, se resisten y necesitan que otros testigos se vayan de la lengua para venirse abajo y desvelar sus secretos.
Algo así ha sucedido con varios restos de Homo sapiens encontrados cerca del lago Eyasi (Tanzania). Allí, el etnólogo alemán Kohl Larsen había descubierto a principios del siglo XX los restos de tres cráneos de homínidos del pleistoceno medio. Entonces, la imposibilidad de situarlos con precisión en el tiempo dejó estos vestigios fuera de las discusiones sobre la aparición del Homo sapiens.
En los últimos años, nuevos hallazgos en la misma zona han comenzado a dar sentido a los fósiles anteriores. Ahora, un grupo internacional de científicos, dirigido por el profesor de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid Manuel Domínguez y en el que también participan científicos de la Universidad de Valladolid y la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel, ha encontrado un nuevo fósil que será importante para conocer cómo fueron los primeros pasos de los Homo sapiens. “Uno de los aspectos más interesantes del estudio es que se ha conseguido datar muy bien los restos y todos estos fósiles pueden entrar así en el debate sobre el origen de Homo sapiens”, explica Luis Luque, investigador de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel y coautor del estudio.
El sapiens cuyos restos se han encontrado en Tanzania vivió hace poco más de 100.000 años y pertenecería a la rama que después salió de África para colonizar el resto del mundo. Según explican los autores del hallazgo, los restos encontrados presentan una mezcla de rasgos anatómicos desconocida hasta ahora. Junto a rasgos primitivos, como el hueso frontal inclinado, típicos de homínidos que vivieron antes de la aparición de los humanos modernos, el nuevo fósil presenta rasgos avanzados, como el cráneo más redondeado.
Esta mezcla de caracteres indica que el grado de diversidad de los primeros representantes de nuestra especie, superior al de otros homínidos, era, ya en sus orígenes, mayor de lo que se creía. Hasta ahora, se pensaba que la rápida expansión de Homo sapiens por todo el mundo se debía a un rápido éxito evolutivo asociado a una serie de cambios físicos, como el desarrollo del lóbulo frontal, relacionado con una mayor inteligencia o la capacidad para desarrollar un lenguaje articulado.
Desde este punto de vista, en el principio, los antepasados de los humanos actuales tendrían unas características físicas homogéneas que después, a partir de su asentamiento en distintas partes del planeta, se habrían diversificado.
El nuevo hallazgo, publicado en la revista Journal of Human Evolution, ofrecería un punto de vista diferente. Cuando los primeros sapiens partieron desde África a la conquista del mundo –acabando en el camino con otros homínidos contemporáneos– ya contarían con buena parte de los rasgos que les convirtieron en una especie de éxito.
Los fósiles originales hallados en Eyasi se encuentran en Dar es Salaam (Tanzania). En España. se puede ver desde ayer una réplica en Dinópolis, en Teruel.
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