Público
Público

Los secretos de Apple, paranoia en las fábricas chinas

Las medidas de seguridad en las compañías que fabrican para el gigante de la manzana buscan evitar filtraciones de sus próximos productos

REUTERS

El gran complejo de fábricas en la ciudad de Longhua, al sur de China, se asemeja a una fortaleza industrial. Para entrar en las instalaciones, los trabajadores deslizan sus tarjetas de seguridad por la puerta. Los guardias supervisan a los ocupantes de cada vehículo con escáneres de reconocimiento de huellas dactilares.

Dentro de la ciudad fortificada, uno de los complejos dirigidos por Foxconn, uno de los principales proveedores de Apple, a los empleados se les cubren la mayoría de sus necesidades diarias para que, literalmente, vivan en la fábrica.

Muchos de los dispositivos terminados de Apple, desde iPods a iPads, son ensamblados en complejos industriales como el de Longhua. Y a la hora de salvaguardar los secretos de la compañía de la manzana, Foxconn no dejan nada al azar. 'La seguridad es estricta en cualquier lugar dentro de las fábricas', señala un trabajador uniformado. 'Usan detectores de metales y nos registran constantemente. Si por casualidad tienes algún objeto metálico en el bolsillo al salir de la fábrica, directamente llaman a la policía', asegura.

Fuentes de la industria en China y cualquier otro lugar del sudeste asiático aseguran que Apple llega a 'situaciones extremas' para proteger incluso los detalles más pequeños de sus nuevos productos en desarrollo. Muchas de las tácticas de la compañía parecen sacadas de una novela de espías: la información es guardada diligentemente y sólo se muestra en caso de necesidad; los empleados sospechosos de filtracioens pueden ser investigados por el contratista y la compañía deja claro que no vacilará en presentar una demanda si los secretos son desvelados.

En ocasiones, Apple entrega contratos a diferentes compañías para probar los productos. De esa forma, la fuente de cualquier filtración se hace obvia, según fuentes cercanas con la cadena de suministro. 'Esto garantiza que los únicos que tienen todos los datos de un producto de Apple es la propia Apple', dijo un responsable de la fábrica.

Por el método de trabajo disgregado, en el que un producto se acaba fabricando en diferentes plantas, se consigue que ni siquiera la gente que está en las cintas de ensamblaje tenga idea del aspecto que tendrá el producto final. 'El típico trabajador de producción en la cinta no verá el producto hasta el último minuto, dijo el responsable de una distribuidora.

La discreción que Apple exige a sus proveedores es tan solo la extrapolación del modo de trabajar de la compañía en su propia sede de Cupertino, en California. La obsesión con el secretismo es leyenda en Silicon Valley, según aseguran antiguos empleados. Con los años, ha despedido a ejecutivos por filtrar datos y pedido a blogueros que eliminan información en sus blogs de sus productos que aún no han visto la luz.

Una actitud de silencio invade la vida laboral, particularmente con la cercanía del lanzamiento de un nuevo artículo. Un antiguo empleado, que trabajaba en el departamento de marketing cuando se lanzó el iPhone, dijo que los trabajadores entienden que el secretismo es parte de la mística de la marca. 'Ni siquiera lo hablaba con mi mujer', señaló.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?