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Shaquille O'Neal, demandado por las 'pulseras timo'

Una demanda colectiva contra Power Balance por estafa implica a la estrella de la NBA y a su colega Lamar Odom

JAVIER SALAS

Las estrellas del deporte deben empezar a pensarse dos veces qué tipo de productos anuncian, porque asociar su imagen a una marca puede suponerles una demanda. Es lo que les ha ocurrido a las estrellas de la NBA Shaquille O'Neal y Lamar Odom, demandados por una firma de abogados por apoyar con sus reclamos publicitarios la estafa de las 'pulseras timo' Power Balance.

Es la tercera demanda judicial que afronta Power Balance en EEUU (dos en California y una en Nueva York) en la que se le reclama a la compañía al menos cinco millones de dólares (3,8 millones de euros) para compensar a sus clientes estafados. En este caso, junto a los responsables de la empresa fabricante de productos milagro, la firma de abogados ha decidido actuar (PDF) contra los jugadores de Boston Celtics y Los Ángeles Lakers que han defendido en spots publicitarios sus supuestas propiedades, 'mejorar el equilibrio, la fuerza y la flexibilidad', según la marca.

Curiosamente, este mismo mes la compañía de las pulseras llegó a un acuerdo con los dueños de Sacramento Kings para que a partir de marzo se llame Pabellón Power Balance al recinto en elequipo disputa sus partidos de la NBA. Según la prensa especializada, la empresa pagará un millón de dólares por cada uno de los cinco años que dura el contrato de patrocinio. Quizá la demanda contra O'Neal y Odom haga rectificar a la familia Maloof, propietaria de los Kings.

La coincidencia de este acuerdo con la demanda judicial llevó a los medios de EEUU a recordar el caso de un equipo de béisbol, Houston Astros, que firmó en 2000 un acuerdo similar con la empresa Enron, justo un año antes de que quebrara envuelta en un monumental fraude empresarial.

Las demandas se han fraguado después de que Power Balance reconociera públicamente que 'no hay pruebas científicas verificables' de las propiedades beneficiosas de sus pulseras, tras ser obligada a rectificar por el Gobierno de Australia por publicidad engañosa. Los demandantes entienden que los compradores picaron por culpa de los anuncios y deben ser resarcidos, sobre todo tras reconocerlo la propia empresa.

En España, el reconocimiento publicado en Australia ha motivado que el Ministerio de Sanidad, a través del Instituto Nacional de Consumo, le envíe a la compañía un requerimiento para desistir en la publicidad engañosa de sus productos. Power Balance ganó durante el año pasado en torno a 35 millones de dólares vendiendo sus productos en todo el mundo. 

 

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