Este artículo se publicó hace 16 años.
Un superordenador simula los futuros terremotos
Los cálculos servirán para planificar sistemas de alerta y diseñar infraestructuras más resistentes
Científicos estadounidenses y alemanes han creado un programa que, con ayuda de un potente superordenador, permite simular grandes seísmos. Terremoto Virtual 9.0 no adivina cuándo y dónde se van a producir los movimientos, pero predice su desarrollo e impacto. Entre sus posibles usos, podría servir para montar sistemas de alerta temprana eficaces o construir infraestructuras más resistentes.
El grupo de expertos, encabezados por el sismólogo Kim Olsen, de la Universidad Estatal de San Diego (EEUU), ha conseguido por primera vez una simulación en tres dimensiones que describe los posibles impactos de un gran terremoto (hasta intensidad 9 en la escala de Richter) en la zona noroeste del océano Pacífico. Los resultados de la simulación han sido preocupantes, en especial para algunas grandes aglomeraciones urbanas, como la ciudad de Seattle.
Un terremoto de intensidad 9 con epicentro al norte de la zona de choque entre las placas tectónicas del Pacífico y la Norteamericana (conocida como zona de subducción Cascadia, de unos 1.000 kilómetros de longitud) provocaría un movimiento de la tierra de medio metro por segundo en Seattle, con consecuencias catastróficas. En otras ciudades cercanas, como Vancouver o Portland, la velocidad de propagación sería menor.
Como la gran ola
Para realizar las simulaciones, los sismólogos han necesitado recopilar datos de grandes terremotos del pasado. En 1700, se produjo el seísmo de mayor intensidad del que hay registro en esa zona, un punto mayor que el devastador terremoto de San Francisco de 1906 y similar al temblor de 9,2 que provocó el tsunami que asoló el sureste asiático en diciembre de 2004.
Otros parámetros que necesita el programa son la composición geológica y la orografía del terreno.
Los investigadores han descubierto que existe una correlación entre la velocidad de desplazamiento del terremoto y la frecuencia de la vibración. A mayor velocidad, menor número de oscilaciones. Como dice Olsen: "Es como lo que uno siente sobre una gran ola". La vibración de larga duración, combinada con la elevada velocidad de propagación, harían que este tipo de terremotos castigara con mayor fuerza las zonas urbanas.
Los sismólogos tuvieron que recurrir a la potencia de cálculo del Centro de Supercomputación de San Diego . Para completar una de las varias simulaciones que se han hecho, usaron 2.000 procesadores y se requirió el equivalente a 80.000 horas de procesador. Se habrían necesitado nueve años para hacerlo con un ordenador doméstico.
El trabajo realizado en la Universidad de San Diego tendrá varias utilidades. Por un lado, sus conclusiones podrían guiar a los responsables del diseño de sistemas de alerta. Dependiendo de lo lejos que se produzca el terremoto de la gran ciudad, este sistema podría alertar con varios segundos de antelación.
Además, los resultados de las simulaciones servirán como guía a planificadores de sistemas de emergencia, así como para ayudar a los ingenieros a diseñar estructuras más seguras.
Tres de los seísmos más devastadores1700 Japón
Sobre las nueve de la mañana del 26 de enero de 1700, la placa Juan de Fuca se movió de forma repentina. En unos segundos, avanzó 18 metros bajo la placa Norteamericana, provocando un terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter. Desde la costa americana, las aguas del Pacífico se levantaron en tsunamis que llegaron hasta las playas de Japón, al otro lado del océano.
1906 San Francisco
Eran las 5:12 de la mañana del 18 de abril de 1906 cuando California fue sacudida por un intenso terremoto. Su epicentro se situó en las afueras de San Francisco. El movimiento telúrico se dejó sentir a lo largo de 500 kilómetros de la falla de San Andrés. Murieron unas 3.000 personas y otras 225.000 se quedaron sin hogar. Lo ‘positivo' de este seísmo es que es uno de los que más datos ha aportado a los sismólogos para conocer los grandes terremotos.
2004 Sumatra
El 26 de diciembre de 2004, se producía el mayor temblor de los últimos 50 años. A unos 250 kilómetros mar adentro, frente a las costas de Sumatra, se produjo un movimiento de intensidad 9.1 en la escala Richter. Momentos después, provocaría un maremoto que acabó con la vida de 228.000 personas. Sus datos han sido también ahora vitales para los científicos.
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