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El 'hacker' autista no es un criminal

Un profesor de la Universidad de Cambridge, experto en autismo, solicita que el informático inglés acusado 'de la mayor operación de piratería en la historia de EEUU' no sea extraditado a ese país por su enf

EFE

Un destacado experto en autismo pidió hoy en Londres que el británico Gary McKinnon, acusado de la mayor operación de ciberpiratería en la historia de EEUU, no sea extraditado a ese país, donde se expone a un máximo de setenta años de cárcel en una prisión de alta seguridad.

McKinnon ha sido acusado de entrar ilegalmente en noventa y siete ordenadores de la Armada y el Ejército estadounidenses, de la NASA y el Pentágono, algo que él ha admitido aunque aduciendo en su descargo que en ningún caso lo hizo con mala intención.

En conferencia de prensa, el experto Simon Baron-Cohen, profesor de la Universidad de Cambridge, explicó que el comportamiento de McKinnon, de 42 años, se debe a que padece el síndrome de Asperger, un tipo de autismo. Según este profesor, lo que hizo McKinnon fue 'la actividad de alguien que sufre un trastorno y no puede considerarse un hecho delictivo'.

Baron-Cohen explicó que el proceder obsesivo de McKinnon es típico de la 'ingenuidad social' de las personas que sufren el síndrome de Asperger. Esa enfermedad produce 'una visión de túnel que hace que, en persecución de la verdad, las personas no ven las potenciales consecuencias sociales para otras'. 'Su encarcelamiento sería cuestionable porque alguien con el síndrome de Asperger muy difícilmente soportará ese entorno', dijo el experto.

McKinnon fue descubierto cuando trataba de descargar fotografías de la NASA que él creía que habían sido manipuladas para ocultar pruebas de la existencia de vida extraterrestre. Según los norteamericanos, que reclaman su extradición, el ciberpirata pretendió de forma intencionada y calculada influir en el Gobierno de EEUU mediante la intimidación y la coerción'. Sin embargo, para su madre, Janis Sharp, que trata de luchar contra la extradición, 'el problema es que las instituciones norteamericanas (en cuyos ordenadores entró) no tenían claves de acceso'. 'Gary las avergonzó. Entonces quisieron dar una lección y pensaron que mi hijo era un blanco fácil', dijo su madre, quien expresó su creencia de que los gobiernos 'tratan de asustar a la gente, creando villanos para justificar sus acciones'.

La madre McKinnon está especialmente furiosa con las desiguales condiciones del tratado de extradición entre Gran Bretaña y Estados Unidos. Los fiscales norteamericanos no necesitan presentar pruebas para la extradición de un ciudadano británico mientras que Gran Bretaña no puede en cambio obligar a EEUU a entregarle a un ciudadano de ese país.

Tras haber perdido su recurso ante los jueces de la Cámara de los Lores, McKinnon ha apelado al director de la Fiscalía Pública de Gran Bretaña, declarándose culpable de un delito sobre abuso de ordenadores, tipificado por la ley británica, en un intento de última hora de ser juzgado en la capital londinense.

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