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La industria china del libro revive gracias a Internet

Uno de cada cinco libros de éxito en China procede ahora de la Red. Además Internet ha ampliado los límites de lo que puede publicarse

REUTERS

Mientras muchas editoriales europeas temen que Internet destruya su negocio a través de la copia y la guerra de precios, en China está haciendo posible el renacimiento de una industria que se había estancado bajo el control estatal.

Uno de cada cinco libros de éxito en China procede ahora de la Red, y además Internet ha ampliado los límites de lo que puede publicarse. 'Internet significa, en realidad, una nueva libertad para el pueblo chino pero también para los editores', dijo Jing Barts, directora del Centro Alemán de Información de Libros en Pekín, en la Feria del Libro de Fráncfort. 'Juega un papel muy grande'.

Aunque es difícil controlar el contenido online, las autoridades chinas reconocieron tras unirse a Organización Mundial del Comercio, hace casi siete años, la necesidad de desarrollar el mercado de libros del país o resignarse a verlo conquistado por los extranjeros, según explicaron Bartz y otras personas.

Oficialmente, todas las editoriales chinas están bajo control estatal, pero existen editores privados que se anuncian como 'empresas de cultura' y que ya suponen casi la mitad del mercado de títulos que no son textos escolares. Estas compañías descubren a muchos de sus autores online.

Las empresas privadas compran los ISBN (siglas en inglés de International Standard Book Number, los códigos que identifican a cada libro publicado) de las editoriales estatales por unos 1.500 euros cada uno, según Bartz. Entonces las empresas propiedad del estado sacan los títulos bajo su propio sello.

Por lo tanto, privado no significa incontrolado, ya que las editoriales oficiales aún asumen la responsabilidad del contenido y, aunque ya no hay una lista de libros prohibidos, siguen existiendo muchos temas tabú como Tíbet, la independencia de Taiwán, la organización religiosa Falun Gong o la pornografía.

El Gobierno prohíbe de forma habitual libros que tocan temas prohibidos o sensibles, aunque a menudo existen ediciones online o pirateadas disponibles en las esquinas de las ciudades después de que se retiren de las estanterías y se corte el suministro a las tiendas.

Bartz explicó que hace cuatro años, un autor amigo suyo escribió una novela sobre el sida ambientada en un pueblo chino. La obra se prohibió y aunque el autor, Yan Lianke, no fue castigado, su editor tuvo que escribir una disculpa pública de 50 páginas y se redujo el número de libros que podía publicar la casa editorial.

La novela, 'Dream of Ding Village' ('Sueño del Pueblo de Ding'), se editará el año que viene en alemán. Mientras, gracias a los proveedores de Internet, sigue estando disponible en China.

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