Este artículo se publicó hace 15 años.
El porno calienta los móviles
Desde hace seis meses el número de visitantes que buscan 'algo' para el móvil se ha incrementado de forma muy intensa
AFP
El día después de Navidad, cuando fueron muchos los que desenvolvieron un teléfono móvil, el tráfico se intensificó en la página web Pink visual, especializada en porno en Internet.
La empresa, como muchas otras de la industria del erotismo y la pornografía, supo adaptarse a los nuevos modos de consumir películas y permitió a millones de internautas tener estos contenidos en sus teléfonos, sus lectores de Blu-Ray o en la televisión por Internet.
"El modo de consumir porno evoluciona hacia los dispositivos portátiles""El modo de consumir porno evoluciona", explica la responsable de distribución de Pink channel, Kim Kysar, en el salón anual de tecnología celebrado en Las Vegas. "Será más personal y accesible: en el camino, en el aseo de la oficina...", añade.
Un hombre con su móvilSegún ella, desde hace seis meses el número de visitantes que buscan algo para el móvil se ha incrementado de una manera muy intensa. Es más, el 40% de los visitantes se hacen abonados "rentables".
"Después de Navidad, cuando todo el mundo recibió teléfonos con opción de vídeo, vimos una subida", cuenta Kysar. "Una de las primeras cosas que parece que hace la gente es buscar en Google 'porno', seguida de la marca y modelo de su teléfono móvil". Desde sus inicios, Pink fue concebido como un sitio para albergar contenidos en Internet, lo que hace que sus clips sean más cortos y rápidos de cargar. Así, vamos directamente a lo que tenemos ganas de ver", resume Kysar.
Por otra parte, Digital Playground, conocido por haber producido la primera película erótica en alta definición hace cinco años, tiene por su parte un sitio dedicado exclusivamente al iPhone.
El propietario de la empresa, Steve Hirsch, se regocija señalando que "con más teléfonos con función de vídeo, mejor para nosotros". Hirsch asegura que "nos interesa el 3D" y subraya que las gafas especiales son un obstáculo por el momento. "Hay que ver lo que ofrecen las nuevas tecnologías y el futuro".
Kysar asegura que la gente "no tiene ganas de alquilar películas y de inquietarse ante la idea de que los niños o los padres descubran su pequeña colección". Es más, sueña con que "¿No sería mucho hablar del 'café Internet porno'?".
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