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La teoría del caos más simple jamás descrita

Investigadores del MIT descubren el comportamiento anárquico de una gota de agua botando en una película jabonosa

MANUEL ANSEDE


En algunos sistemas naturales, como la atmósfera, un minúsculo cambio en las condiciones iniciales puede descuajaringar todas las predicciones sobre el comportamiento de ese mismo sistema. Es el conocido efecto mariposa, condensado en la ya clásica pregunta formulada por el meteorólogo Philip Merilees en 1972: ¿puede el aleteo de una mariposa en Brasil desencadenar un tornado en Texas?

El efecto mariposa, y por extensión la teoría del caos, ha sido descubierto en multitud de ámbitos, desde el mercado de valores hasta las órbitas de los planetas. Por ello, el matemático estadounidense John Bush, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), se hizo un día una pregunta que ahora obtiene respuesta: ¿cuáles son los ingredientes mínimos para el caos?

Su equipo cree haber hallado el ejemplo más sencillo del caos descrito hasta la fecha. Según su estudio, que se publicará próximamente en las páginas de Physical Review Letters, una gota de agua colocada sobre una película jabonosa que vibra empieza rebotando de manera elegante y predecible, como un saltador de trampolín, pero acaba desconcertando a los observadores con su comportamiento anárquico.

La teoría del caos ha visitado otros sistemas sencillos, como el bote de una pelota de goma, el goteo de un grifo o el doble péndulo, en el que el segundo cuelga del primero. Sin embargo, a juicio de Bush, su trampolín es el más simple, si se considera tanto la sencillez de la teoría como la del experimento.

La manera en la que rebota la gota de agua depende de la amplitud -la variación máxima del desplazamiento- y de la frecuencia -el número de repeticiones- de la vibración. Y estos elementos, cuajados en una limpia ecuación matemática, describen con precisión la trayectoria de la gota saltarina, hasta que sucumbe al caos.

Para llegar a la teoría del caos más sencilla jamás descrita, los científicos han utilizado, además de agua y jabón, un altavoz de 70 euros con el que controlaban la vibración de la película jabonosa. Con estos ingredientes han logrado un 'ejemplo extremadamente elegante de un sistema caótico, que debería aparecer pronto en los libros de texto', según el ingeniero biomédico Matthew Hancock, citado por la revista Scientific American.

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