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La UE debate prohibir la venta de los derivados de las focas

 Canadá sacrificará, en menos de un mes, un total de 338.000 ejemplares

DANIEL BASTEIRO

En la costa atlántica de Canadá se ha abierto la veda. Desde esta semana, los cazadores matarán en menos de un mes un total de 338.000 focas, de ellas 280.000 crías de la especie Phoca groenlandica. Varios miles de pescadores se harán con la piel de estos mamíferos en dos zonas concretas de la provincia de Terranova y en las Islas Magdalena (Quebec). La industria, que recibe ayuda indirecta del Gobierno, utilizará garrotes y piquetas para acabar con la vida de ejemplares menores de un año, de piel intacta y grasas y aceites apreciados por la industria cosmética. ¿Destino? Todo el mundo, incluido, por el momento, Europa.

Una resolución que se votará el mes que viene en el Parlamento Europeo pretende prohibir totalmente la comercialización de productos derivados de estos mamíferos y su paso a través de la UE con destino a otros mercados. El motivo es la crueldad con la que se obtienen las pieles, especialmente de las crías. Activistas del Fondo Internacional para la Protección de los Animales (IFAW), una asociación que desde 1969 persigue el fin de la caza sangrienta del animal y que mantiene misiones de observación, denuncian que, en la mayoría de ocasiones, los cazadores despellejan vivas a focas de entre 2 semanas y tres meses, incapaces todavía de nadar, sin respetar las normas mínimas establecidas por organizaciones internacionales para evitar su sufrimiento.

Canadá, por su parte, asegura que el método de caza ha sido recomendado por un grupo de veterinarios independientes y que las focas no se despellejan con vida. Además, según asegura un documento oficial, la población de focas se ha triplicado desde los años 70, hasta los 5,5 millones de ejemplares.

Canadá es responsable de un tercio de las focas que se cazan en el mundo, alrededor de unas 900.000 al año, según datos de la Comisión Europea. Desde los centros de transformación canadienses o noruegos, las pieles viajan a mercados europeos en Londres o Estocolmo para ser vendidas a la industria textil. Bruselas calcula que un tercio del mercado global de productos derivados de foca pasa o acaban en la UE. Sólo procedentes de Canadá, Namibia y Groenlandia (que suman el 60% de las focas cazadas), las importaciones alcanzaron en 2006 los 32 millones de euros.

La posibilidad de imponer un veto comercial estricto, visto por los ecologistas como un paso decisivo para someter a Canadá a una presión mayor, divide a los Gobiernos de los 27, que tienen que tomar una decisión en las próximas semanas.

Suecia, Dinamarca, Finlandia y países del Este como Rumanía o Bulgaria encabezan la oposición al veto que defiende el Parlamento Europeo. En su lugar, optan por la propuesta original de la Comisión Europea, que incluye excepciones para las focas matadas 'sin métodos que provoquen dolor, angustia o sufrimiento', según una portavoz comunitaria. El sistema implica la ejecución rápida de los animales bajo el control de observadores independientes, además de la creación de un sistema de certificación y etiquetado que no convence a los ecologistas.

'La caza se realiza en territorios inhóspitos e inaccesibles, donde hay un gran número de animales, y en apenas unos días', denuncia Alberto Díez, de la Asociación Nacional para la defensa de los Animales (ANDA). Para Díez, 'las características de la caza hacen imposible un control real, por lo que hay que prohibirlo completamente'. Tanto él como Barbara Slee, responsable de la campaña de IFAW a nivel europeo, se preguntan por el papel de España, que hasta el momento mantiene su predilección por el veto con excepciones. 'España y Francia [que todavía no se ha decidido] pueden inclinar la balanza hacia el veto total', asegura Slee.

Para Eladio Ferreira, director de Equanimal, que el pasado 15 de marzo se manifestó en Madrid junto a decenas de activistas desnudos y ensangrentados, 'el mercado se transforma, y proteger los derechos de los animales potencia otros sectores que no masacran focas'.

Fuentes del Consejo, la institución donde se reunen los 27, aseguran que varios países decisivos todavía pueden cambiar hacia el veto total, lo que allanaría el camino hacia un acuerdo con la Eurocámara el mes que viene. Según Díez Michelena, es el momento de que 'se definan los artistas invitados, entre ellos España'. Su objetivo, compartido por IFAW, es 'lanzar una advertencia a Canadá, que teme el mensaje de Europa', para acabar con una explotación comercial que dura más de tres siglos.

El Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino aseguró ayer que será la ministra Elena Espinosa la que decidirá la postura de España en la reunión que mantendrán el viernes los 27 consejeros responsables de este asunto en Bruselas. A pesar de que el comercio de piel o cosméticos derivados de foca no afecta a la industria española, el Gobierno mantiene, por el momento, una posición que irrita a las organizaciones que buscan el veto.

Hasta el momento, España apoyaba la propuesta de la Comisión, que prevé la prohibición de importar productos de focas salvo que estas hayan sido sacrificadas sin haber sufrido. Sin embargo, el Gobierno español no descarta adoptar la posición de Francia, que ha anunciado públicamente que se sumará al veto total si existe una postura mayoritaria. Entre los argumentos del Ministerio de Medio Ambiente, encargado de fijar postura, pesan las presiones de Noruega o Canadá, en cuyas aguas faenan una buena parte de pesqueros españoles.Alberto Díez, de ANDA exige al Gobierno que “deje de jugar al gato y al ratón y se sacuda del apuro ideológico”.

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