Este artículo se publicó hace 16 años.
El 8,5% de los universitarios es adicto al cibersexo, según un estudio de la Universidad Castellón
La adicción al cibersexo se presenta de forma desigual entre los jóvenes de diferente sexo
El 8,5% de los alumnos varones de la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón reconocen ser adictos al cibersexo, mientras que sólo el 0,5% de las estudiantes mujeres ha reconocido padecer esta patología de tipo psicológico.
La adicción al cibersexo se presenta de forma desigual entre los jóvenes de diferente sexo, ya que hombres y mujeres tienen motivaciones diferentes a la hora de frecuentar páginas sexuales en Internet, según un estudio llevado a cabo por la institución académica.
Así lo ha explicado el director de la Unidad de Investigación Sobre Sexualidad y Sida de la UJI, Rafael Ballester, un departamento que ha iniciado hoy una campaña informativa sobre la adicción al cibersexo mediante la instalación de mesas informativas en diferentes facultades del campus.
Esta unidad ha realizado una investigación sobre la adicción al cibersexo, que se presentó en 2007 en el quinto World Congress of Behavioural and Cognitive Therapies, en la que se revela que los universitarios dedican una media de 8 horas semanales a navegar por Internet, de las que 0,58 son páginas sexuales.
Preocupante
Ballester no sólo ha remarcado el carácter "preocupante" de este problema, que cada vez tiene una prevalencia mayor, sino que esta patología afecta más a hombres que a mujeres, porque de esas 8 horas, "los varones pasan cerca de dos horas (1,42 horas) en páginas con contenido sexual, y las mujeres sólo 0,05 horas".
Estas diferencias, ha explicado el profesor, aparecen en todos los porcentajes del estudio, como demuestra que del 26 por ciento de estudiantes que han buscado material sexual en Internet, el 45,5% son hombres y del 13,4% son mujeres.
El estudio también revela que del 21,6 por ciento de los estudintes que ha afirmado haberse masturbado mientras estaban navegando en Internet, este porcentaje en hombres es del 45,1 por ciento, mientras que en las mujeres es tan sólo del 5,8.
También es diferente el tipo de páginas que frecuentan, ha asegurado en alusión a que del 11,7% de alumnos que participaron en chats sexuales, el 20,6% fueron hombres y 5,8% mujeres.
Ballester ha insistido en las diferencias entre hombres y mujeres adictos, ya que los hombres tienden a entrar en páginas pornográficas y las mujeres, en chats de tipo erótico donde haya una comunicación o una conversación.
"Es un problema, que no se reconoce realmente", ha explicado, y ha añadido que "esporádicamente, una persona puede entrar en una página sexual o en un chat, y no es algo "patológico".
Problema conpulsivo
Según ha dicho, el problema llega cuando esta actitud "se convierte en algo compulsivo" y que "se echa de menos", de modo que "a pesar de las consecuencias adversas, se sigue obsesionado con ello".
El profesor también ha indicado que es una de las adicciones que más cuesta a las personas confesar y que quienes la sufren comparten unos patrones comunes.
En concreto, entre los jóvenes, los adictos al cibersexo suelen ser "hombres, personas solitarias, con baja autoestima, que tienen algún tipo de disfunción sexual", además de ser "personas con una imagen corporal distorsionada y que no se gustan, y quienes también tienen otras adicciones".
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