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Una visita a diez bajo cero

Granada acoge la mayor exposición producida hasta ahora en Europa sobre la Antártida

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Aquellos que siempre han querido pisar el Polo Sur pueden ver ahora cómo su sueño se hace realidad sin que tenga que sufrir su bolsillo. Con motivo de la celebración del Año Polar Internacional, el Parque de las Ciencias de Granada ha abierto las puertas de la exposición Antártida.

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Estación Polar, coproducida por el Museo de Historia Natural de Londres en la que han colaborado más de 40 instituciones científicas procedentes de 30 países.

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Se trata de la mayor muestra que se ha producido hasta ahora en Europa sobre el continente helado.

En 2.000 metros cuadrados se exhiben más de 300 piezas que no tienen desperdicio y que invitan a la participación del visitante, como animales naturalizados –oso polar, buey almizclero, corales y crustáceos, entre otros–, libros de viajes originales de expediciones, un meteorito original descubierto en el siglo XVI, un robot submarino, esqueletos, plantas, un globo terráqueo del siglo XVIII, fósiles, maquetas, infografías o mapas.

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La muestra incluye también un iceberg de 8m³, iglús antárticos e incluso piezas del instrumental científico procedentes de la célebre expedición que llevó a cabo Alejandro Malaespina en el último tercio del siglo XVIII.

La muestra, instalada en el pabellón de exposiciones temporales del centro museístico granadino, traslada al público al mayor laboratorio natural de la humanidad, configurando un escenario prácticamente real.

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De hecho, el recinto cuenta con la recreación de un campamento antártico y con una sala a una temperatura extrema.

Según la directora de comunicación del citado museo londinense, Emily Smith, durante el acto de inauguración de la exposición, “la muestra está compuesta por 20 áreas que desvelan todos los misterios antárticos al espectador”.

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En Los extremos de la Tierra, el visitante conoce la flora y la fauna que caracteriza al Polo Sur, y en Un continente para la investigación, se explican los trabajos desarrollados en la Antártida por científicos españoles.

De la misma forma, dentro del área Sobrevivir al frío, el público pasa por una sala a diez grados bajo cero para que pueda comprobar las temperaturas que soporta el continente helado, aunque eso no es nada comparado con los 89,2 grados bajo cero, también
registrados en la Antártida, que constituyen a temperatura más baja registrada nunca en el planeta.

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Por otro lado, Vivir entre animales salvajes, pone el olfato a pleno rendimiento para oler los excrementos y el vómito de los pingüinos.

En otros espacios, el papel del ciudadano no es menos activo. Conducir una moto de nieve invita a buscar, por un panel interactivo, restos de meteoritos caídos en la Antártida, y en Pasar dos meses en la oscuridad, el reto es soportar una sensación claustrofóbica idéntica a la que hacen frente los investigadores que pasan seis meses trabajando en la región más seca, ventosa y fría de todo el planeta.

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El continente helado ha llegado a registrar vientos de 330 kilómetros por hora y registra una pluviosidad de unos 50mm al año, una cifra inferior a la del desierto del Sahara. Paradójicamente, la Antártida tiene el 80% del agua dulce del planeta, ya que el 95% de su superficie está cubierta de hielo.

Antártida. Estación Polar se completa con un taller didáctico donde se puede aprender, entre otras cosas, el comportamiento del hielo continental, cómo efectuar la localización geográfica del continente o cómo sufre la capa de ozono por el cambio climático. Por último, se evalúan los resultados obtenidos por el visitante en las diferentes zonas de la exposición y se determina qué tipo de trabajo podría desempeñar cada uno en la Estación Polar.

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Pero la aventura no acaba en el Parque de las Ciencias de Granada, donde la muestra permanecerá hasta el próximo 31 de marzo, ya que a la entrada al museo el visitante recibe un código personal con el que, durante tres meses, puede seguir husmeando en los secretos de la Antártida. Todas las pruebas las supervisará un experto que concederá, a quien se lo merezca, la acreditación de cadete polar.

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