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"Se adivina que viene algo político nuevo, pero aun es anárquico"

Santiago Mitre debuta en la dirección con El estudiante, crónica de la llegada de un joven universitario a la política y de su posterior decepción. Película ganadora en Gijón, Locarno y Buenos Aires

BEGOÑA PIÑA

¿Por qué se hace política? ¿cómo se hace? ¿a quiénes beneficia? son preguntas que Santiago Mitre plantea y también responde en su ópera prima, El estudiante, crónica de la llegada a la política de un joven universitario, que pronto se decepciona al descubrir un universo deformado, donde mandan las traiciones, las luchas internas, las rupturas ideológicas... Ganadora en los festivales de Gijón, Locarno y Buenos Aires, la película está protagonizada por Esteban Lamothe.

El desinterés, o más bien el desprecio, de los jóvenes españoles hoy hacia la política, la posibilidad del surgimiento de nuevas generaciones de individuos que se dediquen a ella, la ética a la que se puede y a la que se debe aspirar... surgen como reflexiones inevitables al ver esta película, construida, como el propio director y guionista reconoce como 'una fábula moral política, que hablase de los jóvenes y de la política pero desde una perspectiva contemporánea'.

Esta es su primera película, ¿por qué quiso contar una historia que habla de la militancia política?

Es una idea que venía trabajando hace tiempo, mucho tiempo, que desarrollé durante algunos años. El punto de partida es el personaje de Roque, un provinciano, algo seductor y carismático, pero sin interés previo en la política que logra tener un recorrido exitoso en ese universo especifico que construye la película. A partir de ahí construir una fabula moral política, que hablase de los jóvenes y de la política pero desde una perspectiva contemporánea.

En España hay un absoluto deterioro de la política convencional, ¿en Argentina hay una revalorización de la política?

Eso es relativo. Hubo una gran crisis, de la que pensamos no íbamos a salir, pero se salió, a partir de ahí, el país mejoró. No se podía estar más abajo. Y desde hace algunos años, el gobierno actual, tiene un discurso muy promocional a la política, y ha logrado seducir a mucho jóvenes que antes no pensaban en política. De todos modos creo que el deterioro del que hablás existe en Argentina.

El estudiante podría verse también como una radiografía del poder...

Esa es una definición muy grande, y que me cuesta pensarla de ese modo. Pienso la película desde la perspectiva de los personajes, nunca desde los temas. La universidad, la política, las traiciones, las elecciones, las luchas internas, los fraccionamientos, etc. Son el contexto en el que se mueven los personajes. Mi objetivo era contar el aprendizaje y desilusión de Roque en ese universo. No dar una definición de la política, que por suerte es eso y muchísimas otrascosas más.

Al ver El estudiante queda la idea de que la política es una historia de traiciones, ¿es lo que usted piensa?

Bueno, no necesariamente. Siento que a veces la lógica práctica obliga a muchos políticos, partidos y agrupaciones a traicionar sus principios. En ese barro, en esa tensión, trabaja esta película. Una especie de lucha entre los ideales y la praxis política.

Si los jóvenes aprenden la política de los veteranos, ¿se reproducirán siempre los mismos vicios o vivimos un tiempo en que, como algunos piensan, los jóvenes cambiarán el rumbo de la política, la harán más útil y saludable?

Mmm. Probablemente sean los sistemas. Aunque yo hago cine, y no puedo dar demasiadas opiniones en esta clase de cuestiones. Mi acercamiento es más bien intuitivo, o sensitivo. Claro que me interesa, y pienso muchísimo en esto, pero me cuesta poder responder estas preguntas tan fundamentales en una entrevista. Lo que siento es que la gente de mi generación aún no tiene un movimiento político que la represente. Que no hemos generado un movimiento nuevo. Se adivina que se viene algo, por las movilizaciones que hay en todo el globo... pero aún es anárquico... aunque tal vez también ése sea su fuerte.

¿Usted tuvo una fuerte implicación política en su tiempos de estudiante? ¿la tiene hoy?

No. Pero vengo de una familia en la que todos, desde varias generaciones atrás, se han dedicado a la política. Mi bisabuelo, mi abuelo, mis padres... todos han participado activamente en algún momento de sus vidas de la política argentina. Entonces aunque yo nunca milité me siento bastante cercano a los temas de la película.

¿Ambientó la historia en la Universidad porque le permitía hablar de política, pero lejos de las discusiones de los partidos ya establecidos, o porque le interesaba la primera militancia?

La intención era construir un relato político en la Universidad pública argentina, que trabajase con los procedimientos y prácticas que tiene la política: alianzas, discursos, discusiones, relaciones de poder, consensos, negociaciones, etc. Lo que en Argentina se llama la ‘rosca'. Para intentar referir de modo indirecto a cualquier institución donde la política está en el centro. Incluso el país. Plantear algunas preguntas: ¿por qué se hace política? ¿cómo se hace? ¿a quiénes beneficia?

Mejor Película en Gijón, Premio Especial del Jurado en Locarno, Mejor Película en Cartagena y Premio Especial del Jurado en BACIFI, ¿qué destacaron de la película los diferentes jurados?

Por un lado el tema. La película sintoniza con un clima de época en Argentina, de cierta repolitización..., pero también logra sintonizar con muchos movimientos en todas partes del mundo, y en general protagonizados por jóvenes: Grecia, los indignados, Londres, las movilizaciones estudiantiles de Chile, y muchos otros que seguramente vendrán. Hay algo de retrato de época y de los jóvenes de esta época. Por otro lado se destaca mucho la narración, o el clasicismo que pretende la narración, y que el filme tenga un componente moral fuerte. No sé si puedo responder a esto. Que sea una ópera prima, y realizada con tan bajo prepuesto, supongo que también debe influir.

Para ser una ópera prima ¿no era una propuesta muy arriesgada?

Sí, lo era... no solo por los temas, si no también porque la propuesta era rodarla además con un sistema algo ‘marginal' de producción. Casi sin dinero, rodando los días libres, durante varios meses, con equipamiento mínimo, etc. Entonces la posibilidad de no lograrlo, de que la película no pudiese terminarse nunca, estaba con nosotros todo el tiempo.

¿Una película así se hace porque se cree en el poder agitador desde el cine, en su capacidad para crear debate?

Más bien lo segundo. El cine aporta imágenes, ese es el territorio desde el cual se pueden discutir y pensar algunas cuestiones. Es poco lo que puede decir en relación a la literatura, la filosofía, y las otras disciplinas... pero puede mostrar, construir imágenes, darle entidad a algunas situaciones... y en el mejor de los casos desde ellas, pensar.

Anteriormente ha escrito con Pablo Trapero los guiones de Carancho, Leonera y Elefante blanco, ¿qué ha aprendido del trabajo con él?

Mucho. Escribí tres películas con él, algunos cortometrajes. Es un cineasta que admiro y admiré desde siempre.

Todos son títulos del cine político, social, de denuncia... ¿es el que le interesa a usted también como director?

Sí, digamos que me interesa el cine con un componente de género, peroque no por eso deje de ser muy local, y renuncie al retrato social. 

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